Cataluña impulsará un plan para luchar contra la anorexia y la bulimia
El Parlament de Catalunya aprobó ayer una proposición no de ley que insta a la Generalitat a elaborar un plan interdepartamental para luchar contra la anorexia nerviosa y la bulimia, dos trastornos alimentarios que se propagan "a un ritmo vertiginoso" entre los adolescentes, mayoritariamente de sexo femenino, en todas las sociedades desarrolladas. En Cataluña, el pánico a engordar ha arrastrado a unas 25.000 jóvenes a la anorexia o la bulimia. La propuesta, presentada por el Partit dels Socialistes (PSC) y apoyada unánimemente por todos los grupos parlamentarios, equipara el plan que se debe impulsar contra la anorexia a los que ya existen a escala estatal contra la droga o contra el sida. La proposición prevé incrementar los recursos asistenciales para atender a las adolescentes que padecen estas enfermedades. "La eclosión de estos trastornos nos ha cogido desprevenidos y no hay infraestructura suficiente para atender a las personas afectadas", indicó la diputada Carme Figueras. En los hospitales públicos, la espera para recibir tratamiento se puede prolongar hasta unos seis meses, ya que en este momento sólo hay dos centros sanitarios de referencia que atienden a estas patologías, la residencia de Bellvitge y el hospital Germans Trias i Pujol. El consejero de Sanidad, Xavier Rius, ya anunció recientemente la voluntad del Gobierno catalán de crear unidades especializadas en estos trastornos en los hospitales generales de todas las provincias. Rius reconoció que la anorexia constituye "un problema sanitario de primer orden que merece una atención prioritaria". La proposición no de ley del PSC va más allá de la lucha terapéutica o sanitaria de estos trastornos y pide una acción preventiva en varios ámbitos. En el terreno de la enseñanza, se propone la elaboración de un plan de divulgación de los riesgos de la enfermedad entre los escolares. A escala sanitaria, se pide una mayor formación de los profesionales para favorecer la detección precoz y permitir una rápida intervención contra la enfermedad. En un ámbito más complejo, el de los valores sociales, la propuesta aboga por impulsar campañas publicitarias y de toma de conciencia que adviertan de los riesgos de las dietas para perder peso y que fomenten nuevos modelos corporales más realistas, contrarrestando la publicidad en favor del adelgazamiento. La propuesta no descarta prohibir y controlar los anuncios publicitarios que fomenten modelos de personas extremadamente delgadas.
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