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Aznar mantendrá a Cardenal porque hizo "una interpretación legítima" en el "caso Pinochet"

"El Gobierno no cesará al fiscal general del Estado por el hecho de haber defendido una interpretación legítima de la legislación española" en el caso Pinochet. Contundente y lacónico como es habitual en su primera respuesta a las preguntas en la sesión de control, el presidente del Gobierno, José María Aznar, dejó claro desde el primer minuto cuál es su postura respecto a la actuación de Jesús Cardenal, al responder a la cuestión que le planteaba el diputado socialista y ex ministro de Justicia e Interior Juan Alberto Belloch. Aznar tuvo que contestar a dos preguntas en el pleno del Congreso de los Diputados sobre la actuación del fiscal general del Estado en el procedimiento de extradición del ex dictador chileno Augusto Pinochet. Además de Belloch, el diputado de Izquierda Unida Felipe Alcaraz también se interesó por el mismo asunto.

Tanto Belloch como Alcaraz admitieron que el Gobierno no ha obstaculizado la petición de extradición de Pinochet, e incluso que la ha pedido, como apuntó el diputado de IU, "en tiempo de telegrama". Pero dicho esto, Belloch se adentró en una dura crítica a la actuación de Jesús Cardenal como fiscal general del Estado, y Alcaraz decidió enfilar contra el propio presidente del Gobierno.El portavoz socialista para asuntos de Justicia mostró sorpresa por el "empecinamiento" del Gobierno en mantener en sus puestos tanto a Cardenal como al fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño, y comenzó por recordar su experiencia como juez en Bilbao al asegurar que en aquella Audiencia se decía de Cardenal "que no se mojaba ni en la ducha" y, sin embargo, en este caso "se ha lanzado directamente a la piscina, precisamente para defender, no ya jurídicamente, sino políticamente, al dictador Pinochet". Belloch ironizó al pedir la destitución de Cardenal aunque con ello desaparezca "el motivo más fácil de hacer oposición al Gobierno". Aseguró que "está en juego algo mucho más importante, como el prestigio de la institución del Ministerio Fiscal y el prestigio de este país".

Meter la pata

Aznar, que en cada sesión de control muestra mayor soltura en sus respuestas, se atuvo al guión que viene desarrollando desde hace meses: no sólo contesta, sino que contraataca en cuanto se le brinda la ocasión, y ayer quiso arremeter contra Belloch al recordarle que el 18 de abril de 1996, es decir, en el último mes del Gobierno socialista, ya en funciones después de las elecciones de marzo, la Secretaría General Técnica de la Fiscalía General del Estado, la Junta de Fiscales y el fiscal general del Estado fueron contrarios a la competencia de la Audiencia Nacional para investigar delitos por asesinato y genocidio en Argentina. Aznar quiso recordarle a Belloch que entonces "era fiscal jefe de la Audiencia Nacional el señor [José] Aranda, fiscal general del Estado el señor Cardenal" -aquí se deslizó un lapsus ya que era Carlos Granados- "y era ministro de Justicia un tal señor Belloch, que usted debe recordar y reconocerse en él". Y concluyó, también como es costumbre, con un ataque. Aseguró que el Gobierno ha estado en su sitio, que los tribunales han actuado libremente, y que "su señoría ha estado también en su sitio, es decir, metiendo la pata".Al concluir el trámite de las preguntas al presidente, Belloch dijo en rueda de prensa que Aznar había mentido "doblemente" ante el Parlamento, ya que, según explicó esgrimiendo el documento, la memoria de la Fiscalía del año 96 precisa que el dictamen del fiscal general en el caso de la dictadura chilena fue favorable a que se iniciase el procedimiento, y por lo que se refiere a los hechos ocurridos durante la dictadura militar argentina, hubo un primer informe contrario a la competencia de los tribunales españoles, dictamen que posteriormente fue modificado y se dio orden de no recurrirlo.

El diputado de IU Felipe Alcaraz planteó la batalla en términos más personales al espetarle al presidente del Gobierno que en el caso Pinochet "está jugando simplemente el papel de cartero, el triste papel de un cartero que suelta el paquete y se sacude las manos". Alcaraz aseguró ante la Cámara que "Pinochet no es un fascista austero, es un asesino y un ladrón de caudales públicos", y quiso saber cuál es la opinión de Aznar sobre la actuación de los fiscales y qué posición va a adoptar el Gobierno tras la actitud de la Fiscalía.

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Aznar se aferró aquí a una defensa a ultranza de la democracia e introdujo también un cierto reto a Alcaraz al decirle que al Gobierno le repugna "cualquier régimen autoritario o cualquier régimen dictatorial" y que hablaba de "dictaduras que no solamente tienen una plasmación práctica, sino que también pueden tener un discurso teórico". El presidente introducía tácitamente una mención a cualquier régimen comunista, dirigida, sin duda, a la militancia política del diputado de IU. Aún apretó más los tornillos para decirle a Alcaraz que estaba convencido de que el diputado compartirá "la misma expresividad de condena de cualquier dictadura allí donde se produzca y tenga el contenido ideológico que tenga".Concluyó con un canto a la transición política chilena al afirmar su respeto hacia el sistema que se ha dado aquel país, hacia el propio Gobierno chileno, y expresó su deseo "de que su situación se consolide totalmente en aras de las libertades y de la democracia de Chile". Estas palabras provocaron entusiasmo en los bancos del PP, que mantuvieron una larguísima ovación contestada con palmeos por los socialistas y que dieron lugar a que el presidente de la Cámara, Federico Trillo, interviniera para retomar el orden de la sesión.

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