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Petición de tres años de cárcel para cuatro policías locales por falsear un atestado sobre una persecución con tiros

La Fiscalía de Madrid solicita tres años de cárcel para cuatro agentes de la Policía Local de Alcobendas por haber falseado supuestamente un atestado sobre una frenética persecución policial en la que se registraron disparos contra los ocupantes de un coche que huían tras un robo. Los agentes se sentaron ayer en el banquillo de la Sección Cuarta de la Audiencia de Madrid, que preside Pilar Oliván.

Los policías hicieron constar en el atestado que se vieron obligados a disparar sobre el vehículo en el que huían los delincuentes al ver que éstos intentaron atropellar a uno de los policías. Los disparos, según el atestado, los efectuó uno de los policías cuando el coche se le venía encima y de frente. Se dio la circunstancia de que el coche de los fugitivos -que lograron huir, y se ignora si alguno resultó herido- fue encontrado 15 días después del tiroteo en un descampado de Villaverde. Estaba calcinado y presentaba dos impactos de bala, pero no en su parte frontal, sino en la trasera. Este hecho, contrario al relato firmado por los agentes en el atestado, dio pie a que el Ayuntamiento de Alcobendas abriera un información reservada sobre el incidente y remitiese sus conclusiones, nada favorables para los policías, a una juez de Alcobendas, que procesó a los cuatro policías por falsedad.

Robo en un almacén

El incidente se produjo en la madrugada del 1 de mayo de 1995. Vigilantes de seguridad de Prosegur alertaron a un coche patrulla de la Policía Local de Alcobendas de que unos delincuentes acababan de empotrar un coche en la puerta de un almacén para robar en su interior. Tras una batida por el lugar, los agentes localizaron el vehículo de los delincuentes y empezaron a perseguirlo. Paralelamente, alertaron a su emisora para pedir ayuda. Otro patrulla se unió a la persecución y esperó en una carretera la llegada del vehículo de los fugitivos. Los dos agentes se apearon del patrulla y esperaron a los delincuentes en la mediana de la carretera. Al ver que los fugitivos se acercaban a más de cien kilómetros por hora y no se detenían, uno de los agentes efectuó primero dos disparos intimidatorios al aire y luego otros dos a la parte delantera del vehículo, al percatarse de que el coche iba hacia él para atropellarle. Ésta es, en síntesis, la versión que facilitaron ayer en el juicio los dos policías que más directamente sufrieron el incidente.Los otros dos agentes llegaron al lugar de los disparos instantes después y prosiguieron la persecución, tras cerciorarse de que sus compañeros, salvo uno que cojeaba un poco (el autor de los disparos), estaban bien. El fiscal del caso, Justino Zapatero, centró su minucioso interrogatorio en aclarar cómo era posible que en el atestado figurase que los disparos se habían dirigido hacia la parte delantera del coche cuando, en realidad, los impactos estaban detrás, como se comprobó al aparecer el vehículo, calcinado, 15 días después.

También preguntó el fiscal a dos de los cuatro agentes acusados por qué firmaron el atestado si no habían visto lo ocurrido durante los disparos. "Cuando varias dotaciones intervienen en un incidente, lo normal es elaborar un atestado conjunto. Y si nuestros compañeros dijeron que los disparos habían sido de frente, ¿por qué no les íbamos a creer?", señaló el cabo que esa noche estaba al mando.

Los abogados de los policías atribuyeron a presiones políticas la información reservada que dio lugar al procesamiento de los agentes.

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