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La adhesión de la privada Dassault fortalece el polo aeronáutico francés

El grupo privado Dassault se incorporará al proceso de fusión iniciado por Aerospatiale y Matra para la constitución del proyectado gigante aeronáutico francés, que debe integrar al conjunto de las industrias civiles y militares. La adhesión de Dassault, resultado de trabajosas gestiones del Ejecutivo de París, permite asentar el proyecto sobre un trípode sumamente sólido.

La operación permite también encarar el envite lanzado por el movimiento de unión entre los otros dos gigantes europeos, British Aerospace y el alemán Dasa.El futuro grupo francés, que se llamará France Aerospace, contará con una cifra de negocios de 81.000 millones de francos (dos billones de pesetas) y un abanico de actividades que va desde los cohetes espaciales hasta los aviones civiles, pasando por los misiles y helicópteros.

Las reticencias de British y Dasa a unir sus fuerzas con Aerospatiale, controlado por el Estado, y su amenaza de fusión bilateral alarmó al Gobierno de París ante la perspectiva que se abría de que el grupo francés quedara marginado en la sociedad Airbus y se quebrara la perspectiva de la alianza franco-alemana-británica, núcleo del proyecto aerospacial europeo.

Aunque las reticencias de británicos y alemanes, más dispuestos a la colaboración trasatlántica, están muy lejos de haber desaparecido, la constitución del gigante francés ha devuelto el optimismo a París. El ministro de Defensa, Alain Richard, considera incluso factible que los grandes grupos europeos lleguen a un acuerdo en los próximos seis meses. En aras de esa unión y de la formación del gran grupo europeo, alternativo al dominio estadounidense, el Gobierno socialista francés parece muy dispuesto a acelerar y profundizar en la privatización de las compañías estatales.

Según fuentes gubernamentales, el Ejecutivo, que no renuncia a supervisar las decisiones estratégicas, aceptaría rebajar su participación al 15% en el futuro grupo europeo si con ello despeja las reservas de británicos y alemanes.

Para conseguir la adhesión de Dassault, el Estado francés, que contaba con el 45,9% de las acciones de la división de Dassault Aviación, ha renunciado a ejercer el doble derecho de voto de que dispondría al poseer la mayoría del capital en el grupo surgido de las fusiones. El pacto accionarial otorgará a Dassault el poder de codecisión en una serie de opciones estratégicas.

Tras su proceso de privatización, el Estado francés dispone del 47% de Aerospatiale, frente al 33% de la compañía privada Lagardére (Matra) y el 20% vendido en Bolsa. Además, el Ejecutivo se ha comprometido a comprar a Dassault 48 aviones de combate Rafale.

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