Borrell y Almunia temen que sus disputas dividan al PSOE

El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Borrell, y el secretario general de este partido, Joaquín Almunia, quieren zanjar mañana, en un encuentro a solas antes de la ejecutiva federal, las discrepancias derivadas de la bicefalia en la que vive el PSOE desde las primarias. La última disputa se centra en quién debe representar al PSOE ante el jefe del Gobierno, José María Aznar. Borrell y Almunia temen que esas permanentes disfunciones acaben dividiendo al partido y monopolicen y distraigan sus debates.

El PSOE ha convocado para el próximo día 21 al comité federal, su máximo órgano de dirección entre congresos, en el que participan más de 200 dirigentes, para discutir los asuntos de actualidad. Borrell y Almunia pretenden conseguir que para esa fecha se haya solventado el debate sobre sus disputas de protagonismo, que a estas alturas se plantea ya cada vez más como un problema personal entre ambos. Miembros de sus respectivos equipos, tanto en la oficina del candidato como en la ejecutiva, resaltan que su trabajo diario y estrictamente técnico está cada vez más engrasado. Almunia y Borrell prevén hablar mañana en privado, antes de la ejecutiva, y si su conversación resulta fructífera harán todo lo posible para escenificar su unidad inmediatamente. El mismo miércoles podrían volver a citarse para aparecer juntos en la primera reunión del equipo designado para elaborar el programa electoral. Y el sábado, en Granada, repetirían estrategia al subir en pareja al escenario del mitin que les está montando el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, secretario general de la federación más potente del PSOE. Los dos dirigentes socialistas intentarán así poner punto final a una discusión interna que atenaza el trabajo diario de una organización con otros graves problemas sobre la mesa, como el de concretar su visión autonómica de España.