El Madrid deja solo en el liderato al Caja San Fernando

El Caja San Fernando va en serio. Vuela más alto que nadie y, por lo que se adivina, no está dispuesto a frenar su escalada. Ayer disputó ante el Madrid, con el que compartía un merecido liderato, el duelo más esperado. Ya no comparten nada, porque líder no queda más que uno: el Caja San Fernando.El baloncesto siempre enseña sus mejores momentos en el plano ofensivo, donde reina el espectáculo. Pero hay ocasiones en que a una buena defensa le sobra arte. Ayer cruzaron miradas y esfuerzos los dos equipos que mejor guardan su guarida. No resulta extraño, pues, que los guarismos sean cortos, lo que no tiene por qué ser sinónimo de falta de espectáculo.

La ACB cuenta con un buen puñado de jugadores decisivos, pero ninguno es comparable con André Turner. Más allá de su enorme capacidad anotadora, más allá de que sepa manejarse en todas las distancias, el americano guarda en su imaginación una catarata de soluciones. Ayer se encontró enfrente, uno tras otro, con Lasa, al que dejó exhausto; con Victoriano, al que mandó al diván del psiquiatra y, ahí es nada, con Santos, uno de los mejores defensores del baloncesto europeo. Deshecho le dejó.

Cuatro minutos se llevaban de encuentro y el Caja seguía virgen. El 8-0 inicial parecía augurar magníficos tiempos para el Madrid. Y el posterior 16-6, no digamos. Pero Turner no lo quiso así. Le acompañaron en la tarea Scott y Mike Smith, un jugador nuevo, desconocido, que ha olvidado todas las miserias que le ahogaron la pasada campaña en el Madrid.

El cuadro blanco era el rey del rebote en el campeoanto. Ayer se quedó en vasallo. El Caja le superó en esa faceta (36 por 28) y el Madrid quedó a merced de los hombres de fuera. Alberto Angulo cumplió; pero su tocayo Herreros, no. No es que éste manejara porcentajes pobres. Ocurre que ni siquiera tuvo oportunidad de tirar. Encestó tres de sus cuatro lanzamientos y el equipo no encontró más alternativas, quizá porque no era el día de Struelens, que logró cuatro canastas de 11 intentos.

El Caja supo remontar, y un triple en el último segundo de Salva Díez, convertido para siempre en el gran enemigo de la afición madridista, permitió que se fuera por delante al descanso (28-31). Volvió el Madrid con renovados ánimos. Angulo encestó tres canastas consecutivas y devolvió la alegría a la grada (34-31). Pero Turner siguió a lo suyo, corriendo, regateando, asistiendo, lanzando... En fin, manejando aquello a su antojo. El Caja gobernó bajo los aros (cogió 14 rebotes ofensivos) y ni la defensa presionante que ordenó Clifford Luyk evitó que el Madrid cediera el testigo del liderato al cuadro sevillano, convertido a día de hoy y sin discusión en el mejor equipo de la ACB.