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Entrevista:

"La Cruz Roja y las ONG no deben coordinar la ayuda de emergencia"

En medio de la ola de solidaridad con los 3 millones de víctimas del huracán Mitch en Centroamérica y frente a las peticiones de ayuda de las organizaciones no gubernamentales (ONG), Jon Ojanguren (Mungia, 1951), experto en protección civil, asegura que, en caso de catástrofe natural, "la ayuda de emergencia hay que canalizarla a través de los gobiernos que mandan el dinero, y no a través de las ONG y de la Cruz Roja, que no pueden ver las necesidades globales del país". Desde su propia experiencia en las inundaciones e incendios que ha sufrido el País Vasco en los últimos 25 años, el coordinador general de Protección civil de Bermeo (Vizcaya) cuestiona la eficacia de los sistemas de prevención de siniestros en el País Vasco y critica que, en caso de catástrofe, sólo el 50% de las ayudas llega a los afectados "porque no se canalizan las ayudas eficazmente a través de un plan de portección civil". Pregunta. ¿Qué opina de la respuesta que la población vasca está dando a las víctimas del huracán en Centroamérica? Respuesta. La gente se está volcando y las donaciones siempre son buenas pero no se está canalizando bien la ayuda de emergencia, porque se está haciendo a través de la Cruz Roja y las ONG. Hay que coordinar la ayuda de emergencia a través de los gobiernos que envían el dinero. En el País Vasco, las ayudas deberían ir a través de Protección civil del Gobierno vasco. El dinero que se manda a estos países, si no se coordina convenientemente, se malgasta. P. ¿Cree que la labor que realizan las asociaciones y ONG que cuentan con cooperantes en estos países no es eficaz? R. La Cruz Roja y las organizaciones no gubernamentales ayudan, pero no son especialistas en protección civil y, al final, destinarán el dinero que reciben a sus especialidades. La Cruz Roja utilizará la ayuda de emergencia en la asistencia sanitaria, pero ni ésta ni otra ONG pueden organizar un plan de actuación frente a la catástrofe que contemple globalmente el problema, coordine las actuaciones de todas las personas disponibles y canalice el dinero a las necesidades de la población. P. ¿Cree que la falta de eficacia se da porque los países centroamericanos no tienen suficientes medios económicos para paliar los efectos de la catástrofe? R. No, ésta es una situación generalizada. Siempre que la ayuda de emergencia se canalice a través de ONG y asociaciones, va a ir mal, no se va a solucionar el problema. Si la catástrofe se hubiera producido aquí, habría pasado lo mismo. Ya sucedió en las inundaciones de 1983. En la mayoría de las catástrofes, sólo el 50% del dinero que se dona llega a los damnificados. En las inundaciones de Bermeo y Bilbao, y en las las de Eibar y Elgoibar a principios de los 90, no hubo control de la ayuda. Se mandaron muchos víveres y la mitad ni hacían falta ni llegaban a la población realmente necesitada. P. ¿Qué pasos considera que hay que dar en caso de una catástrofe? R. Hay que realizar un plan de emergencia por personal cualificado de protección civil que contemple, en un primer momento, medidas de choque, la atención a heridos y víctimas, y la prevención, combatiendo la catástrofe para evitar más víctimas. Después, hay que localizar a los familiares de los afectados y reacomodar a los damnificados; y finalmente hay que reconstruir la zona afectada. Con un plan especializado, las ayudas se coordinan para cubrir todos estos aspectos. Una ONG no va a invertir o mandar motobombas o generadores de electricidad, ni va a construir una presa, que es lo que en estos momentos necesita la población de Centroamérica. Ellos deben dedicarse a lo que saben hacer. P. El pasado mes de octubre se inundaron varios barrios de Bilbao por las lluvias torrenciales. ¿Es esto evitable? R. Por supuesto. Lo curioso de las catástrofes es que se habla de ellas cuando están pasando, pero nunca se buscan responsabilidades. No es lógico que cada vez que llueve cuatro gotas estemos asustados. Yo aconsejaría a los técnicos del ayuntamiento que revisen periódicamente las alcantarillas, canales y el calado de los ríos, que con el lodo va disminuyendo. Los barrios se inundaron porque los desagües estaban atascados; hay que vigilarlos permanentemente. P. Protección civil es ahora competencia del Gobierno vasco. ¿Cree que se dedican suficientes medios económicos a este tema? R. Los recursos destinados son claramente insuficientes. Tenemos unos equipos de bomberos, por lo menos, en Vizcaya muy buenos; pero los bomberos se ven desbordados en caso de catástrofe. Cuando se inundó Bermeo en 1983, estuvimos tres días los voluntarios de protección civil sin recibir ninguna ayuda. P. ¿Qué necesidades tienen estos voluntarios? R. Necesitan equipos y apoyo. El Gobierno está dando migajas está consiguiendo desencantar a los voluntarios, que dedican tiempo y, también, sus propios medios a este tema. En Bermeo, antes estábamos 100 y ahora estamos sólo 50 voluntarios de protección civil, que son los que mejor pueden actuar en caso de catástrofe por su experiencia.

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