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FÚTBOL: LIGA DE CAMPEONES

Noche de improvisaciones en una ciudad austriaca

Aficionados madridistas que no se conocían tuvieron que dormir en la misma habitación

Mábel Galaz

Michel estuvo a punto de dormir el miércoles en el sofá de un hotel. El ex jugador madridista, que comenta ahora los partidos en las retransmisiones de Televisión Española, disfrutó finalmente de una cama gracias a la invitación de cuatro periodistas españoles que sí habían conseguido habitación y a los que sobraba un catre. Los jugadores madridistas también pasaron algunos momentos de incertidumbre, y acabaron en un balneario situado a más de 70 kilómetros de Graz, el lugar donde debían haber disputado el partido correspondiente a la Liga de Campeones, suspendido por el estado en que dejó la lluvia el terreno de juego. Los aficionados madridistas que se habían desplazado a la ciudad austriaca hallaron también habitación a última hora, igual que los enviados especiales de los periódicos (algunos de ellos en lugares un tanto insospechados).Desde las 20.10 del miércoles, en que se decidió el aplazamiento del partido cuando faltaba apenas media hora para que comenzase, los gestores del Real Madrid vivieron horas de desconcierto porque no estaba previsto ni que el equipo ni el resto de la expedición integrada por directivos, aficionados y periodistas pernoctaran en Austria. Normalmente los viajes por Europa de la plantilla madridista son de tres días y dos noches. En esta ocasión, uno de los días previos al partido se había eliminado a petición de los jugadores, quienes aseguraran estar "hartos" de tantos periodos de concentración. Al final, la lluvia dispuso por ellos, y pasaron dos días en Austria antes de jugar contra el Graz.

Resolver la intendencia del Madrid no se presentaba tarea fácil: necesitaba cien habitaciones para un día más, y en Graz estaban ya todos los hoteles llenos para esa noche. La primera medida fue llevar al equipo a un balneario situado a una hora y media de la ciudad en autobús (un lugar muy agradable, rodeado por un campo de golf); la siguiente, recuperar las habitaciones de los directivos y de los aficionados en el centro de la ciudad. No se logró en todos los casos, y algunos seguidores que ni siquiera se conocían entre sí tuvieron que agruparse en una misma habitación, a veces de tres en tres. Afortunadamente, a este viaje sólo acudieron unos 40 aficionados, el grupo más reducido de los últimos desplazamientos madridistas.

Las mayores dificultades las encontraron los representantes de la prensa, que hasta las tres de la madrugada no lograron alojamiento después de visitar varios hoteles, incluido uno de carretera que fue descartado por sus escasas condiciones higiénicas.

Los gastos del Madrid

El Real Madrid deberá correr con todos los gastos suplementarios que el aplazamiento del partido en Graz ha originado y que fuentes del club han fijado en 10 millones de pesetas. La decisión de no jugar el miércoles se tomó por "causas de fuerza mayor", según se refleja en el acta arbitral redactada por el sueco Kirl Nilsson. Tal calificación deja al Madrid sin la posibilidad de reclamar esta cantidad a la UEFA. Sólo en caso de que el encuentro se hubiera jugado fuera del plazo de las 24 horas siguientes al día inicialmente previsto, el club afectado habría sido indemnizado por los organizadores.El estadio además había pasado recientemente la inspección reglamentaria, y obtuvo la autorización para que en él se jueguen partidos de Liga de Campeones. El retraso en el vuelo -un charter fletado por el propio club- le ha supuesto al Madrid un incremento en la tarifa de algo más de seis millones. A eso hay que sumar el alquiler de habitaciones de un día más para 30 personas del equipo (jugadores y técnicos) y 20 más de directivos y empleados, a un precio de 50.000 pesetas la habitación (se trataba de un hotel de cinco estrellas).

Durante el largo día de ayer, la expedición madridista aguardó desperdigada en varios hoteles a la mejoría meteorológica y a que la UEFA autorizase que el partido se disputara.

A a la una del mediodía, la UEFA y el árbitro del encuentro inspeccionaron el terreno de juego y anunciaron que se podía jugar a las ocho de la tarde si no volvía a llover. Durante toda la noche no había dejado de caer agua, pero alrededor de las doce de la mañana se cumplieron las predicciones meteorológicas y salió el sol. En ese instante comenzaron los trabajos de acondicionamiento del césped. Una docena de operarios intentaron secar el barrizal, y para ello abrieron varios hoyos con los que lograron un efecto de drenaje . Sobre la hierba se habían extendido unas enormes lonas que absorbieron un gran parte del agua acumulada en la última noche.

La parte más deteriorada era la de la portería del fondo norte, en la que se acumulaban dos palmos de agua. La ausencia de drenaje en el terreno de juego se debió, según el Real Madrid, a que los responsables del estadio habían echado mucha arena para solucionar los problemas de un césped que sólo lleva un año plantado y que no termina de agarrar, ya que los dos equipos de la ciudad juegan allí todos sus encuentros.

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Sobre la firma

Mábel Galaz
Fue la primera mujer en pertenecer a la sección de Deportes de EL PAÍS. Luego hizo información de Madrid y Cultura. Impulsó la creación de las páginas de Gente y Estilo. Ha colaborado con varias cadenas de televisión y con la Cadena Ser. Ahora escribe en El País Semanal.

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