Roa confiesa que robó y secuestró, pero niega ser el asesino en serie de tenderos
El supuesto asesino de tres comerciantes de Sevilla, Juan Luis Roa, cerró ayer el juicio por estos crímenes en serie con un alegato en el que admitió varios robos y el secuestro de una niña y su canguro. No obstante, negó ser el autor de los tres violentos robos con homicidio de los que se autoinculpó en su día, dijo, "machacado" por la presión policial en los interrogatorios. Como prueba de que decía la verdad, esgrimió su actuación en el secuestro de la niña: "Pude matar a la chiquilla y no lo hice".
El juicio en la Sección Primera de la Audiencia de Sevilla iba ayer camino de terminar sin que el acusado abriera la boca. Pero tras escuchar los informes del fiscal y las acusaciones, que reclamaron para él 70 y 100 años de presidio por los tres asesinatos y el secuestro, Roa pidió la palabra. "Aquí se han comentado cosas de mí que no son verdad", arrancó Roa. El acusado relató que fue detenido por la policía acusado de robos pero que tras 35 horas de interrogatorio empezaron a preguntarle por los crímenes. "Me amenazaron con detener a mi familia y llevaron [a la Jefatura de Policía de Sevilla] a mi madre, mi hermana y a mi novia. Me machacaron sin poder dormir y el último día de detención, a las dos o las tres de la madrugada, me subieron [de los calabozos] y delante de una señorita me preguntaron si estaba de acuerdo con lo que me decían. Fue una declaración obligada". Lo que le decían era que había matado a tres comerciantes. El acusado esgrimió su historial anterior, en el que dijo que nunca usó guantes -como sí ocurrió en los tres asesinatos de Sevilla-, y pasó al terreno de las confesiones: "He cometido muchos otros robos y lo del secuestro es cierto, pero pude matar a la chiquilla y no lo hice". La chiquilla es una niña de cinco años a la que secuestró en su propia casa junto con su canguro para exigirle al padre un rescate de 15 millones de pesetas. Juan Luis Roa terminó confesándose inocente y comparando su caso con el del camionero que estuvo en prisión acusado falsamente de haber dado muerte a cinco mujeres, crímenes de los que ahora se ha encontrado a su verdadero autor: "Soy inocente y me pasará lo mismo cuando haya más asesinatos, como le ocurrió al camionero ése con el crimen de cinco mujeres". El juicio quedó visto para sentencia, después de que el fiscal Federico Buero calificara los hechos como "gravísimos" y los catalogara como "crímenes en serie". El fiscal agregó que el acusado es un psicópata, pero no un enfermo mental, sino simplemente malo, "porque en el ser humano también cabe la maldad". La defensa, por su parte, pidió la absolución por falta de pruebas, pero dijo que, si el tribunal no lo ve así, sea confinado en un hospital psiquiátrico hasta el año 2002.
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