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EL PROCESO DE PAZ

El Gobierno y EH han intercambiado "mensajes" desde hace más de un mes

Es cierto que no ha habido contactos entre el Gobierno y Euskal Herritarrok, pero sí ha habido cruces de "mensajes" y sondeos mutuos para hacer saber a la otra parte la disposición a iniciar el diálogo, según fuentes conocedoras del proceso. Al menos uno de estos mensajes se produjo el 23 de septiembre, apenas una semana después del anuncio de tregua de ETA, cuando un tal Juan Cano, que dijo ser enviado de Presidencia del Gobierno, hizo saber a dirigentes de EH su disposición a hablar de la nueva situación.

Fuentes del Ejecutivo aseguraron ayer que, por el momento, no ha habido ningún contacto entre éste y el entorno de ETA. Otros medios relacionados con EH han confirmado lo dicho desde el Gobierno, aunque agregan que ha habido intercambio de mensajes y que éstos son los que probablemente han favorecido la declaración hecha ayer por el presidente José María Aznar.Uno de los recados enviados a Euskal Herritarrok se produjo el 23 de septiembre pasado, apenas una semana después de la declaración de tregua de ETA. Ese día, un hombre que aseguró ser un enviado de la Presidencia del Gobierno se presentó en San Sebastián con la intención de hablar con Arnaldo Otegi, líder de EH, y con el abogado Iñigo Iruin.

La imprevista visita del supuesto mensajero sorprendió a las personas con las que quería conversar, motivo por el que éstas dieron largas al asunto, a fin de realizar antes averiguaciones acerca de las intenciones del desconocido. Éste, que se presentó como miembro del Cesid, se identificó como Juan Cano y, antes de marcharse, dejó una tarjeta en la que únicamente figuraba este nombre y un número de teléfono de Madrid.

Ninguna de las fuentes consultadas ha aclarado si con posterioridad volvió a haber algún contacto entre el tal Cano -identidad que posiblemente es ficticia- y los dirigentes de EH. De cualquier forma, éstos hicieron saber a otras personas su predisposición a iniciar conversaciones con algún representante gubernativo, aunque a la vez hicieron notar que actualmente carecían de un enlace fácil y fluido al que hacer llegar su opinión para que la transmitiera al Gobierno.

Mientras tanto, mandos de los servicios de inteligencia han contactado con otras personas de las que sabían que tienen buenas relaciones con dirigentes de EH, a fin de explorar la disposición de estos últimos.

A través de los mensajes lanzados por uno u otro sistema, el entorno del denominado Movimiento de Liberación Nacional Vasco ha hecho saber su predisposición a entablar conversaciones, siempre que quedara claro cuál era el canal reconocido por el Ejecutivo. Uno de los problemas, de cara a iniciar la nueva fase del proceso de pacificación, era precisamente la disparidad de mensajeros y vías desde los que les llegan supuestos recados del Gobierno.

La rotunda declaración hecha por Aznar, reconociendo que ha dado el visto bueno al inicio de contactos, iría en esta dirección de clarificación. El jefe del Gobierno pretendería así transmitir a "la otra parte" que determinados mensajeros cuentan con su aval y, además, incitar a ETA a hacer público un comunicado anunciando una tregua definitiva, según fuentes conocedoras del proceso. Pero éstas tienen serias dudas de que la organización terrorista vaya a dar ese paso en breve.

Aunque desde La Moncloa se insiste en que no ha habido hasta ahora ningún contacto, fuentes de los servicios de información reconocen que agentes del Cesid han estado lanzando mensajes a los deportados y refugiados en México y Venezuela, incluso desde antes de la tregua. Sin embargo, no han tenido demasiado éxito en esta operación, encaminada a convencer a los exiliados sin delitos pendientes, para que regresaran a España. El problema fue que los exiliados se negaron a renegar por escrito de su antigua vinculación con ETA.

El propio ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, realizó hace dos semanas una invitación pública a los deportados para que abandonen esa situación. Fuentes policiales tienen noticias de que un numeroso grupo de exiliados ha decidido regresar a Francia por cuenta propia, al margen de la invitación de Mayor.

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