"Las aulas en 1951 ya estaban masificadas"
, Jesús Thomas, catedrático de Fisicoquímica de la Facultad de Farmacia, lleva 47 años dedicado a la docencia en la Universidad de Granada. Y asegura que puede ser uno de los trabajadores más antiguos de España, tras 51 de sus 70 años cotizando a la Seguridad Social. Ahora, jubilado, recuerda cuando desempeñaba la labor de Defensor Universitario, una figura sólo existente en las Universidades de Granada, Córdoba y Cataluña. Pregunta. ¿Cuál es la función del Defensor Universitario? Respuesta. Defender los derechos de los miembros de la colectividad universitaria. El Defensor Universitario es un puesto de observación privilegiado, porque se pude ver cómo funcionan los centros. P. ¿Compensan tantos años dedicados a la Universidad? R. Es una suerte, una satisfacción y un privilegio. Imagine un futbolista trabajando durante todo este tiempo. Y metiendo goles (risas). P. ¿Tienen las mismas inquietudes los estudiantes de ahora que los de 1951? R. Los estudiantes son siempre los mismos. P. ¿Y la universidad? R. También. Aunque antes la universidad era más reducida y limitada. En las facultades había personalidades de gran prestigio que, con su inteligencia, voluntad y dedicación, mantenían la universidad en constante evolución. P. ¿Recuerda cuántos alumnos tenía en su clase hace 47 años? R. Doscientos. Ya entonces las aulas estaban masificadas. Ahora estamos mejor, unos 170 por grupo. P. ¿Cuáles son las quejas más significativas que ha atendido? R. Los que más quejas presentan son los estudiantes, un 70%, después los profesores y por último, un 8%, el personal de administración y servicios. La mayoría se refieren a la disconformidad con las calificaciones de exámenes. También llegan protestas relativas a la concesión de becas, aunque las más problemáticas se refieren a trato no debido de profesor a alumno. P. ¿Cómo se actúa entonces? R. Se estudia el caso en sus dos versiones. Una vez conocidos los hechos, el Defensor adopta una postura a la luz del reglamento, de los estatutos de la universidad y del sentido común y hace una recomendación. Nunca una orden, porque quien la da es el rector.
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