Londres anuncia un "plan de transición" para sumar el Reino Unido a la Europa del euro
El ministro de Economía británico, Gordon Brown, despejó ayer dudas sobre el entusiasmo del Reino Unido para abrazar el euro y anunció la publicación de un documento, con puntos concretos, sobre cómo va a desaparecer la libra esterlina y cómo los británicos van a adoptar la moneda única. El joven y ex izquierdista ministro de Finanzas dijo que en enero saldrá a la calle un "plan de transición", robusta y explícita estrategia con la que el Gobierno laborista de Tony Blair quiere homologar y armonizar la economía británica en el gran concierto europeo.
Teóricamente, los británicos deben decidir si aceptan o no la moneda única después de las elecciones del 2002. Incluso prevalece la idea de un referéndum especial para decidir si los británicos eliminarán la efigie de la Reina de la nueva moneda europea.Brown eligió la conferencia económica patrocinada por la Confederación de la Industria Británica en sesión en Birmingham para trazar las líneas maestras de una controvertida política que, de materializarse, eliminaría la insularidad británica para catapultar a Londres al corazón mismo de la Europa continental.
"Este Gobierno ha decidido sin ambages poner al país en un nuevo camino de encuentro con Europa", dijo Brown. Su primer paso será crear comisiones interpartidarias para explicar los mecanismos comunitarios y vulnerar la oposición conservadora con argumentos que podrían neutralizar posiciones eurófobas.
Temor a la marginación
La decisión del Gobierno laborista responde al temor de que el país quede cada vez más marginado de la escena europea tras la incorporación de la primera oleada de países comunitarios al euro, el 1 de enero."Este Gobierno ha puesto al país, de forma decisiva y sin ambigüedad, en una nueva vía constructiva en Europa", insistió Brown ayer, el mismo día en que llegaba al Reino Unido el nuevo canciller alemán, Gerhard Schröder, en su primera visita oficial al país. Todo un gesto que contrasta con la tradicional actitud antieuropeísta de los Gobiernos conservadores de John Major y Margaret Thatcher.
El Gobierno laborista trata de hacer gala de pragmatismo, y así lo demostró Brown al afirmar que la unión monetaria de los 11 países euro incrementará la competencia entre sus empresas y las compañías británicas.
La mitad de las exportaciones británicas se dirigen hacia la zona euro, según explicó Brown, que insistió en que las empresas del Reino Unido no pueden ignorar la nueva realidad que impondrá la moneda única.
De hecho, según el Gobierno laborista, cerca del 60% de las empresas británicas se han comprometido a realizar preparativos con vistas a la unión monetaria. "Decidiremos nuestra actitud hacia el euro en función de las condiciones económicas", añadió Brown, "pero para ser capaces de tomar esta decisión debemos haber efectuado los preparativos adecuados".
Por su parte, el director general de la Confederación de la Industria Británica (CBI), Adair Turner, aseguró que su organización, mayoritariamente favorable al euro, colaborará en el plan de transición anunciado por el Ejecutivo. Sin embargo, según Europa Press, excluyó la posibilidad de que pueda haber una aceleración para que el Reino Unido se incorpore a la moneda única antes de las próximas elecciones legislativas, previstas para el año 2002. " Es extremadamente improbable que entremos antes del 2001-2002, y a partir de ahí habrá otros dos o tres años para tener realmente las monedas y billetes", concluyó Turner.
Por otra parte, y según un sondeo hecho público este fin de semana por la televisión danesa, un 50% de los ciudadanos daneses está a favor de la participación de su país en la moneda única, el 38% se opone y el 12% está indeciso.
Dinamarca se adhirió al Tratado de la Unión Europea en mayo del año 1993, pero con cuatro excepciones pactadas un año antes en Edimburgo: moneda única, defensa común, política judicial y ciudadanía europea.
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