Dirigentes de Unió y de CDC proponen a Esteve como cabeza de lista en las generales

Dirigentes de CiU proponen a Pere Esteve, secretario general de Convergència, como cabeza de lista en las próximas elecciones legislativas. Fuentes de Unió indicaron que dirigentes democristianos ya han expresado de modo informal a sus socios de coalición su visto bueno a la opción de Esteve. El propio Esteve confirmó ayer a EL PAÍS que sabe que en Unió y en Convergència hay quienes apuestan por él para relevar a Joaquim Molins al frente de la candidatura, pero aseguró que este asunto "ni está cerrado aún en Convergència, ni está siendo negociado con Unió".

Esteve manifestó que, de entrada, ni desea ni rechaza la posibilidad de ser el próximo candidato de CiU a la presidencia del Gobierno español. Consideró que aún no ha llegado el momento de abordar ese asunto, pero dejó claro que cuando llegue él no aceptará ninguna propuesta que comporte su salida de la secretaría general del partido. Ni siquiera aceptará, agregó, permanecer nominalmente como secretario general si se ve desprovisto en la práctica de las atribuciones ejecutivas del cargo. Fuentes de la dirección de Convergència indicaron que Esteve es consciente de la posición de debilidad relativa en la que se encuentra en su propio partido, en cuanto secretario general encorsetado por el hiperliderazgo de Pujol y desprovisto de poder y proyección institucionales. En este sentido, mantenerse como secretario general efectivo y hacerse con la dirección del grupo de CiU en el Congreso podría reforzar su posición interna. Pero Esteve no es la única opción que barajan los convergentes para encabezar su candidatura a las legislativas. Algunos sectores de CDC -entre los que, según fuentes del partido, se encuentran el secretario de organización, Felip Puig, y Oriol Pujol, hijo del presidente catalán, ambos valedores del consejero de Economía como futuro conseller en cap del Gobierno catalán y sucesor de Pujol- apuestan por el consejero de Presidencia, Xavier Trias, para ocupar el primer puesto de la candidatura a las generales. Este sector pretendería despejar así de posibles obstáculos el delfinato de Mas. Unió, cuyas posiciones suelen identificarse más con las de Trias que con las de Esteve, podría estar apostando por éste precisamente para evitar que Trias hubiera de abandonar el Gobierno catalán, donde de algún modo ejerce de contrapeso de los sectores más radicales de la dirección del partido nacionalista, los cuales gozan de excelentes vías de acceso a Pujol. El líder de Unió, Josep Antoni Duran, negó ayer a este periódico que su partido haya sido consultado nunca sobre la candidatura de CiU a las legislativas. Pero si alguien le pide su opinión sobre Esteve, agregó Duran, él responderá que le parece muy bien. Este debate, en cualquier caso, se verá influido lógicamente por los resultados de las próximas elecciones autonómicas, así como por los efectos de la anunciada recomposición de liderazgos dentro de un eventual y futuro Gobierno nacionalista catalán. Elecciones en marzo Los asistentes a la reunión de ayer de la dirección de CDC salieron persuadidos de que Pujol convocará las elecciones autonómicas para marzo de 1999. Nadie lo dijo de forma explícita, pero todos los que tomaron la palabra, incluido el secretario general, dieron por supuesto que Pujol no esperará a agotar la legislatura. Esteve hizo un complaciente informe sobre la colaboración con los nacionalistas vascos y gallegos, y anunció que propondrá de inmediato a todos los partidos catalanes abrir un diálogo sobre el desarrollo del modelo de Estado. Esteve admitió en conferencia de prensa que, en época preelectoral, esta iniciativa quedará probablemente en un brindis al sol, pero subrayó su voluntad de llevarla a cabo. CDC sabe que este debate le es especialmente favorable en la antesala de las urnas, de modo que hará lo posible para que siga en el centro de la escena política.