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Suárez rechaza el secesionismo porque implica la "destrucción insana" del periodo constituyente

Ferran Bono

El ex presidente de Gobierno Adolfo Suárez realizó ayer en Valencia una encendida defensa de la Constitución y afirmó que "las actitudes de confederalismo y de secesionismo" suponen "abrir un periodo constituyente". Suárez rechazó esta posibilidad, que calificó de "destrucción insana" del consenso conseguido, y subrayó que la soberanía reside "exclusivamente en el pueblo español". Negar este extremo significa una ruptura y la "pérdida del punto de partida", añadió en su investidura como doctor honoris causa de la Universidad Politécnica de Valencia.

El secesionismo -Suárez en ningún momento se refirió a la autodeterminación- y el confederalismo "son respetables en el debate político, pero su admisión significa una reforma radical de la Constitución", aseveró el ex dirigente de la UCD, que se definió como "un político que no está en activo" al mismo tiempo que calificó de "político" su discurso. Suárez puso énfasis en recordar las dificultades que entrañó el periodo constituyente que desembocó, "por primera vez en la historia constitucional de España en una norma no impuesta por un grupo", sino regida por el consenso y la voluntad de todos, lo que permitió eludir la sombra de un nuevo conflicto. "No se puede pedir lo que se no se puede entregar porque se juega la propia existencia", agregó el ex presidente, quien negó con la cabeza, mientras sonreía, ante la petición de que volviera a la política que le formuló, en tono de broma, el rector de la Politécnica, Justo Nieto. "La senda de la Constitución es lo suficientemente ancha para que por ella discurran todos, cualesquiera que sean nuestras aspiraciones políticas", comentó en el concurrido acto universitario que contó con la presencia del presidente de la Generalitat Valenciana, Eduardo Zaplana, del PP, y de diversos consejeros populares del Consell, entre ellos el de Cultura, Francisco Camps. "Todo es posible, aunque todo no puede ser conveniente", agregó respecto a la posibilidad de reformar la Constitución, que cumple en diciembre el 20 aniversario de su aprobación. Con anterioridad, se refirió a la "enorme ventaja" de las nuevas generaciones, aquellas que no vivieron el periodo de la transición, de contar con el "punto de partida" de "la tolerancia, el diálogo, la solidaridad, y la libertad, valores naturales como el aire" que contiene la Constitución. Suárez comentó la amargura que le produce el que algunos miembros de esas generaciones infravaloren el costoso y complejo periodo constituyente, pero admitió que "es el tributo que hay que pagar cuando el esfuerzo ha salido bien" y al final destacó los aspectos positivos: "No hay nada que no puedan conseguir". Gutiérrez Mellado El público siguió expectante el parlamento de Adolfo Suárez, que fue interrumpió en una ocasión por los fuertes aplausos que despertó el sentido recuerdo del ex presidente hacia la figura militar y la talla humana del que fue capitán general Manuel Gutiérrrez Mellado, distinguido a título póstumo con la medalla de la Universidad Politécnica de Valencia que recogió en el mismo acto la viuda del fallecido. José Luis Manglano, antiguo cargo político de la extinta UCD, apadrinó la investidura de Suárez y recordó su labor fundamental durante la transición. También lo hizo Zaplana, quien sostuvo que el ex presidente "es un referente de las cosas bien hechas en política, de las buenas obras, de la ilusión y de los altos objetivos". "Prestó un gran servicio al presente de España, al anteponer los intereses de todos a las inercias y supo estar a la altura que España requería" y concluyó el presidente del Consell: "Adolfo Suárez nos permitió creer en nosotros mismos". Además de glosar la contribución de Suárez, el rector Justo Nieto aprovechó la coyuntura para pedir más dinero para la universidad. Recordó el pasaje de El Lazarillo de Tormes en el que el ciego le dice al lazarillo: "Me engañas porque habiendo acordado comer una uva tú y otra yo, yo las comía de dos en dos y tú callabas". En este sentido, comentó que "come las uvas de dos en dos quien cree que únicamente con salarios, electricidad y lágrimas se puede financiar a una universidad moderna para que cumpla la tarea que debe hacer".

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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