La próxima Liga deberá empezar el 15 de agosto
La UEFA explicó a los clubes españoles cómo será la Superliga europea
La Liga española de fútbol de la temporada 1998-99 tendrá que comenzar el 15 de agosto, si la UEFA aprueba en su comité ejecutivo del mes de diciembre la reforma de la Liga de Campeones, que entraría en vigor inmediatamente. Ayer, en Madrid, el secretario general de la UEFA, Gerhard Aigner, explicó a los representantes de los clubes de Primera y Segunda División, de la Liga profesional, AFE, Comité Técnico de Árbitros, Comité Nacional de Entrenadores y Consejo Superior de Deportes, el proyecto de Superliga que han diseñado y que prevé una ampliación del calendario que pasaría de disputarse de 11 jornadas a 17, y con una participación de 32 equipos. "En su día ya recomendamos que los campeonatos nacionales no superaran el número de 18 equipos. Seguimos pensando lo mismo", indicó Aigner. "Pero no podemos obligar a nada. Nosotros haremos un calendario al que todos tendrán que acomodarse".Gerardo González, secretario general de la Federación Española de Fútbol, señaló que ya existe un borrador para la próxima temporada, teniendo en cuenta la ampliación de jornadas que la Superliga requiere y que obligaría a que el campeonato comenzara a mediados de agosto. "Como el tema de la reducción parece que es tabú, trabajaremos con lo que tenemos, pero en un año de Eurocopa, por ejemplo, Camacho, según los cálculos más optimistas, tendría tres días para trabajar con la selección nacional". La federación española se mantiene partidaria de la reducción, espera que con la publicación de este borrador los clubes recapaciten y se muestren partidarios a la negociación.
La televisión, el futuro
La reunión de ayer no aportó grandes novedades en cuanto al proyecto de Superliga. Lorenzo Sanz, presidente del Madrid, señaló: "Aigner ha explicado lo mismo que la semana pasada en Ginebra". Y se quejó: "Siguen sin entrar en detalles sobre las cantidades económicas que recibiremos". Ante la falta de expectativas en este asunto, Josep Lluís Núñez, presidente del Barcelona, no viajó a Madrid y estuvo representado por Amador Bernabéu. La sesión fue más concreta para el resto de los clubes, que por primera vez conocieron a través de Aigner la incidencia que la nueva Superliga tendrá en el fútbol. "El secretario general de la UEFA explicó el panorama que ha llevado a esta nueva situación: por un lado está el proceso de integración mayor a nivel europeo, la decisión y aplicación de la sentencia Bosman, y la televisión y el impulso que ha dado al desarrollo del fútbol".Para Aigner, la televisión es el futuro del fútbol pero también un peligro que amenaza constantemente. "Las televisiones se quieren quedar con el corazón de nuestro deporte, pero no con el resto del cuerpo", indicó. Por eso la UEFA trasladó ayer a los clubes españoles su recomendación de que se mantengan unidos y sean solidarios. Así, Aigner sugirió a los presidentes que negocien de manera conjunta sus derechos televisivos, algo que evidentemente contó con el recelo de los grandes y el asentimiento de los modestos.
Luis Uranga, presidente de la Real Sociedad, se acogió a esta propuesta y solicitó a la UEFA su ayuda a la hora de negociar los partidos de la futura Copa de la UEFA. Aigner se brindó a asesorar a los clubes aunque precisó que no se trata de una competencia del organismo europeo, ya que éste sólo tiene los derechos de la Liga de Campeones. El secretario de la UEFA informó de que la Superliga repartirá en el nuevo proyecto el doble de lo que viene haciendo hasta ahora, es decir unos 80.000 millones de pesetas, que saldrían de las televisiones y de la mercadotecnia, pero no quiso entrar en más detalles.
Aigner también alertó de lo que él considera otro peligro para el fútbol: la irrupción de los grandes grupos de comunicación en los clubes mediante la compra de acciones, a través de las sociedades anónimas. "No me parece que haya relación entre sus actividades y el fútbol, a no ser otro que su interés por controlar los derechos de televisión".
La UEFA explicó ayer a los presidentes que en la actualidad negocia con la UE, y a sugerencia de los ministros de deporte de Francia, Italia e Inglaterra, la protección de los futbolistas nacionales. "Trabajamos para la creación de un convenio por el cual, cada equipo tendría que contar con tres o cuatro jugadores formados en sus clubes, que sería requisito indispensable para poder jugar competiciones europeas. Esta fórmula permitiría proteger la identidad de los equipos y equilibrar el fútbol, evitando que los clubes más poderosos dejaran a los modestos sin jugadores".
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