Akauzazte plasma sus obsesiones en un primer disco minimalista
Sin ser absolutamente innovadora, la propuesta de Akauzazte no es convencional. El suyo es un proyecto minimalista que se apoya en ritmos obsesivos, hipnóticas ambientaciones y diversos efectos y samplers que emulan sonidos cotidianos y ecos industriales. Toda su singularidad ha quedado atrapada en los 16 cortes que forman Ur gardenak (Esan Ozenki), su primer elepé. En esencia, el estreno ha sido grabado en los últimos cuatro años en el matadero de Azkoitia, local de ensayo donde cobran vida las invenciones del conjunto. Los músicos que han pasado por el grupo desde 1995 han registrado el respaldo de unas letras que hablan de locura, odio, muerte, dolor, sonrisas acalladas y vidas malogradas. Descarnada poesía que completa un inquietante conjunto en perenne equilibrio entre el caos y el orden. Akauzazte se formó a principios de los noventa. Eran ocho integrantes, y Anari (hoy con disco en solitario) se sentaba tras la batería. Con los años, la formación se ha visto reducida a cuarteto y, en su continua renovación, ha incluido miembros como Carlos Desastre, ex miembro de 713avo Amor y productor de Ur gardenak. Anteriormente, el grupo había editado dos maquetas, una de ellas comercializada en el interior de una lata de conservas.
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