Desarticulada en Navarra una red que prostituía y torturaba a inmigrantes
Les prometían falsos trabajos y luego les obligaban a prostituirse bajo extorsión, amenazas y torturas físicas. Ése fue el camino recorrido por una decena de jóvenes venezolanas y colombianas que llegaron a España con la falsa creencia de que les aguardaban ocupaciones dignas y acabaron en un club de alterne de Buñuel (Navarra), cuyo propietario y varios socios han sido detenidos. La red de trata de blancas fue desarticulada por la Policía en la madrugada del domingo.
Los agentes, adscritos a la comisaría de Tudela, no sabían que, además de enfrentarse a un negocio de prostitución en el club J. J., de Buñuel, en el que se practicaron varias detenciones, se encontrarían con un salvaje rosario de crueldades padecidas por diez mujeres suramericanas, de entre 20 y 30 años. A ellas las detuvieron por estancia ilegal en España. Al responsable del local y varios de sus socios, contra los que se instruyen diligencias judiciales, por violación, extorsión, malos tratos físicos y vulneración de los derechos de los trabajadores.A través de sus declaraciones, se constató que las jóvenes, además de trabajar de cocineras y camareras, eran obligadas a prostituirse. Por sus servicios no recibían remuneración alguna "a pesar de los pingües rendimientos" que su explotación producía. Eran víctimas de extorsión y amenazas. Al llegar al país, les retuvieron los pasaportes y les impidieron salir del club "hasta amortizar sus deudas por el viaje, la estancia y la manutención": un millón de pesetas.
Para doblegar la voluntad de las mujeres, los responsables de la red no reparaban en usar medios crueles. La Policía constató malos tratos físicos, desde palizas habituales hasta quemaduras con cigarrillos. Asimismo, el propietario del local las violaba sistemáticamente, aprovechando su indefensión y "con la excusa peregrina de que había que probar su capacidad de producción", según la Jefatura Superior de Policía de Pamplona.
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