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ELECCIONES EN EL PAÍS VASCO

El Ejecutivo exige a ETA más pruebas de paz antes de abrir el diálogo

Luis R. Aizpeolea

El Gobierno exige a ETA pruebas más contundentes del cese definitivo de la violencia antes de abrir un diálogo de paz con ella. La declaración realizada por dos encapuchados a la BBC, en el reportaje emitido el sábado pasado, asegurando que la tregua de ETA es "firme y seria", es insuficiente para el Ejecutivo. Éste no exige a ETA un comunicado. Le bastaría con que hiciera saber por "algún medio creíble" su abandono de las armas. En ese momento se abriría el diálogo y, aun secreto, La Moncloa lo reconocería públicamente.

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La cúpula del Gobierno se reunió ayer por la mañana en La Moncloa, bajo la presidencia de José María Aznar, para analizar el proceso de paz y la situación política del País Vasco tras las elecciones del domingo. Asistieron a la cita los dos vicepresidentes, Francisco Álvarez Cascos y Rodrigo Rato; el ministro del Interior, Jaime Mayor; el de Administraciones Públicas, Mariano Rajoy, y el portavoz, Josep Piqué, así como el secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos; el de Comunicación, Pedro Antonio Martín; el secretario general del PP, Ángel Acebes, y el del Grupo Parlamentario, Luis de Grandes.La reflexión era obligada no sólo por el análisis de los resultados del 25-O, sino también porque se ha sobrepasado esa fecha clave, que iba a marcar la pauta política a seguir tras el anuncio de la tregua indefinida por parte de ETA. Los acontecimientos han ido muy rápidos. El Gobierno no sólo ha descartado el temor inicial a que se tratase de una tregua-trampa. Al contrario. No le ha pasado inadvertido el mensaje de la banda emitido el sábado por la BBC, en el que dio a entender que el cese de la violencia es "irreversible".

Concretamente, el Ejecutivo de Aznar valora la expresión de uno de los encapuchados, que señaló que, "si no hay solución, eso no quiere decir que ETA reanudará su campaña militar, pero la siguiente generación podría hacerlo con el nombre de ETA u otro". El Gobierno sí cree que es un guiño, pero ha decidido exigir pruebas más contundentes a la organización terrorista para abrir el diálogo.

El Ejecutivo interpreta también que los resultados electorales, con el alza espectacular del PP y la también importante subida de Euskal Herritarrok (EH) es precisamente un espaldarazo al proceso de paz. Su análisis es que el electorado ha decidido premiar a los interlocutores del proceso, el partido del Gobierno y EH.

No le causa ningún desasosiego el importante crecimiento de EH, con el mejor resultado de su historia, porque interpreta que el electorado ha querido consolidar el nuevo rumbo de la izquierda abertzale, su apuesta por la vía política y de paz, así como de distanciamiento de la violencia de ETA, que viene defendiendo su nuevo portavoz, Arnaldo Otegi.

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El Ejecutivo interpreta también que la Declaración de Lizarra, suscrita por todos los partidos nacionalistas e Izquierda Unida el pasado 12 de septiembre, y que aboga por una superación del actual marco del Estatuto de Gernika, ha quedado debilitada por la bajada electoral de todos los partidos que la suscribieron, con la excepción de EH. Una bajada que en el caso de IU ha sido espectacular -de seis a dos escaños-; en el de Eusko Alkartasuna, muy seria, de ocho a seis, y reducida, pero significativa, en el propio PNV, de 22 a 21.

A juicio del Gobierno, el descenso electoral de estos partidos reduce su margen de maniobra y las posibilidades de impulsar la Declaración de Lizarra. Ello permitirá al PP vasco, la segunda fuerza electoral tras los comicios del domingo, plantear fuertes exigencias en esta dirección al PNV, el partido mayoritario, si le recaba para formar parte del Gobierno vasco: la ruptura de su compromiso con la Declaración de Lizarra. El Ejecutivo vaticina al candidato del PNV, Juan José Ibarretxe, un proceso de conversaciones "largo" y "difícil" para poder formar finalmente un Gobierno.

El optimismo del Ejecutivo se completa con la reafirmación de la pluralidad vasca, consagrada por estos comicios y que ha puesto en entredicho el discurso nacionalista, patrimonializador de Euskadi. Para el Gobierno, el mejor reflejo de esta pluralidad es la victoria del PNV en Vizcaya; la del PP, en Álava, y la de EH, en Guipúzcoa. Así, cree que esta pluralidad marca un hito que influirá en el rumbo político que tome el País Vasco.

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