La Real gana a trompicones al Valladolid

El partido osciló mientras el Valladolid dio la cara y se tambaleó del lado donostiarra cuando su adversario perdió el rumbo y su identidad. El mérito de la Real radicó en guiarse con acierto cuando el encuentro parecía un tobogán que subía y bajaba de un lado a otro, porque la pelea estuvo muy trompicada hasta que uno de los contendientes, el huésped, no se escabulló.La Real fingió sus progresos en el inicio del choque. Apelaba a su estado de ánimo fraguado en Europa y a la ilusión del debú de Barkero. No fue ni bueno ni malo. Sólo natural. Sin traumas. El Valladolid aleja la pelea del centro del campo y así consigue desconcertar al contrario. Se planta firme atrás, bien colocado, espera ahí pacientes hasta capturar el balón y lanza el ataque. Pero tuvo el defecto de aguantar así sólo medio partido.

Cuando Caminero y Chema cejaron la presión y dejaron a Vizcaíno como un náufrago en la medular, cuando los carrileros Marcos y Torres Gómez dejaron de incidir por los costados, el Valladolid perdió el norte. La Real, sustentada por la magnitud física de Gómez y conducida por Sa Pinto, puso en evidencia las carencias de los pucelanos y finalmente ganó. Se llevó los tres puntos.