Los peritos afirman que el crimen de La Seu lo cometieron dos personas
Los forenses que practicaron la autopsia a los dos argelinos asesinados en La Seu d"Urgell aseguraron ayer, durante la tercera sesión del juicio, que las puñaladas mortales fueron asestadas por dos personas y que se utilizaron dos armas distintas. Estos informes periciales avalan la tesis del acusado, quien siempre ha afirmado que en el doble crimen participó una segunda persona. Al acabar la vista, el fiscal reiteró su petición de 45 años de prisión para Alberti Duran Carballeira.
Los informes periciales aportados ayer por los forenses en el juicio que comenzó el lunes en la Audiencia de Lleida -por el asesinato de dos comerciantes argelinos en un hotel de La Seu d"Urgell- despejaron la mayoría de las dudas existentes acerca del grado de participación de Albert Duran Carballeira, uno de los dos inculpados en el doble crimen. El otro, el ciudadano filipino Jayson Parducho, se encuentra en paradero desconocido. El fiscal solicitó ayer para Duran 45 años de prisión por dos delitos de asesinato y uno de robo con violencia. Los hechos sobre los que un jurado popular deberá emitir ahora un veredicto de inocencia o culpabilidad ocurrieron el 26 de junio de 1996 en una habitación de un hotel de La Seu d"Urgell, donde se alojaban Ali Rezagi y Ahmed Benaoudaen, dos comerciantes que periódicamente viajaban a Andorra para comprar material electrónico que después revendían en su país. Móvil económico Según el fiscal, el móvil de los asesinatos fue económico, ya que los presuntos autores sabían que las víctimas llevaban siempre importantes sumas de dinero. Tras simular una venta de género inexistente, el acusado y el filipino buscado por la Interpol decidieron robarles. De madrugada, sobre las 3.00 horas, llamaron a la puerta de la habitación de los argelinos y, aprovechando la penumbra, les atacaron salvajemente con armas blancas, sin que tuvieran oportunidad de defenderse. "Lo más triste de esta historia", dijo el fiscal, "es que mataron a dos personas por un millón de pesetas". Una de las cuestiones más controvertidas del caso y sobre la que ha girado la vista oral ha sido demostrar que en el crimen participaron dos personas y que las 51 puñaladas que recibieron las víctimas fueron asestadas con dos armas distintas. Los forenses se mostraron categóricos al afirmar que las heridas que presentaban las víctimas fueron causadas por dos armas blancas de seis y dos centímetros de anchura. El perito de la defensa cuestionó la labor de los forenses en la autopsia y el rigor de los informes, sobre los que dijo que se utilizan en las clases de medicina legal como un ejemplo de lo que no debe hacerse.
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