La primacía de Guipúzcoa
Guipúzcoa ha convertido en rivales a los aliados. Es el escenario donde compiten por la primera plaza los dos principales impulsores del Acuerdo de Lizarra: Joseba Egibar y Arnaldo Otegi. Pero la pugna en la que ambos están metidos significa mucho más que una competición personal, el que gane será con toda probabilidad el candidato más votado. HB que, a excepción de las generales de marzo de 1996 en las que ganó el PSE-EE, ha sido la primera formación guipuzcoana durante estos últimos 10 años a pesar de la dureza de su política, necesita revalidar, a través de EH, esta posición de privilegio que ha supuesto siempre para ella una importante victoria moral. Perder la primacía, y más si es a costa del PNV, su aliado a la vez que adversario, representaría un traspiés considerable para la nueva plataforma electoral pues le dejaría al albur de los peneuvistas en la interesante etapa que se inicia a partir de Lizarra.
En las filas de los responsables de EH existe euforia y la convicción de que van a resultar premiados por un electorado que les fue abandonando pero que va a regresar de la abstención a la que le abocó ETA.
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