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Maragall: "Más que un olivo, lo que aquí hace falta es una buena "tramuntanada"

Enric Company

Pasqual Maragall intervino ayer por la tarde en la presentación de un libro que recoge sendas conferencias de Massimo D"Alema, secretario general de Demócratas de Izquierda, y de Rafael Ribó. El libro trata de la reforma del Estado, y la fórmula que defienden tanto D"Alema como Ribó es el federalismo asimétrico. Como Maragall, por supuesto. Se habló pues de Italia, de España, de Cataluña, de L"Ulivo, de la de momento congelada reforma constitucional italiana y de la situación abierta en España tras la tregua de ETA. Maragall aprovechó para sintetizar lo que desea para Cataluña. Uno de los oradores había recordado que hace dos años en Cataluña se habló también de Olivera. "Más que un olivo, lo que aquí hace falta es una buena tramuntanada", afirmó el ex alcalde.

Maragall compartía tribuna con Pietro Folena, diputado italiano del partido de D"Alema; con Valentí Gómez, presidente de la asociación Catalans a Roma, que organizaba el acto conjuntamente con la Fundación Nous Horitzons; con el profesor de Derecho Constitucional Enric Fossas, y con Ribó. La asistencia era heterogénea. Había viejos comunistas, como Miquel Núñez; líderes de partido, como Àngel Colom, del Partit per la Independència (PI), y personalidades como el padre Miquel Batllori, en su condición de catalán de Roma, junto a dirigentes de Iniciativa per Catalunya (IC), algunos socialistas y personalidades interesadas en la articulación de la alternativa al pujolismo. El profesor Fossas afirmó en su intervención inicial que la izquierda no ha acabado de entender que en España hace falta un nuevo consenso constitucional para reorientar el Estado de las autonomías en un sentido más asimétrico. Pero ni Ribó ni Maragall se dieron por aludidos por la crítica del profesor nacionalista y expusieron sus ideas sobre la necesidad de organizar el Estado, y la Unión Europea, de forma que acoja mejor las realidades sociales, y no sólo desde el punto de vista del pluralismo nacional, aunque también desde éste. El federalismo asimétrico Tanto Ribó como Maragall criticaron de pasada la forma en que Convergència i Unió (CiU) han planteado las reivindicaciones nacionalistas. Ribó dijo que el empeño de los demócratas debe ser conseguir que de la tregua de ETA "se obtenga la paz en Euskadi, y no otras cosas". Maragall insistió en que la Declaración de Barcelona, firmada por CiU, el PNV y BNG, es constitucional, pero su introducción y los documentos que la acompañan pecan de "falta de lealtad al espíritu constitucional". Sobre todo, dijo, porque no reconocen que el modelo instaurado por la Constitución y el Estatuto de autonomía ha dado unos frutos extraordinarios. Maragall destacó que las posiciones expuestas por D"Alema (anoche se esperaba que recibiera el encargo de formar gobierno en Italia) son las más convincentes que ha leído escritas por un dirigente político de su nivel. "No he leído ningún otro discurso político que coincida tanto con lo que yo creo", añadió. Resumió en cuatro puntos estas ideas: 1. Un federalismo de la subsidiariedad. Es decir, de abajo arriba, desde el municipio al Estado. Pero abierto al hecho diferencial de las regiones y nacionalidades y, por lo tanto, asimétrico. 2. Reconocimiento de la existencia de cierta "fatiga fiscal" en sociedades como la catalana, la del norte de Italia y algunos länder alemanes, que obliga a modificar pautas fiscales. 3. Reconocimiento de que se ha producido una ruptura de la confianza de los ciudadanos en el Estado y en la forma en que éste organiza la solidaridad. 4. La necesidad de que el Estado se torne más modesto y sea "más garante y menos gerente". Además de estas explicaciones sobre sus posiciones de fondo, Maragall envió también algunos mensajes sobre otros aspectos del quehacer político.Por ejemplo, a propósito de la política italiana, distinguió el dramatismo con que la ejecutan sus actores y el sentido trágico que se le da en España. De la misma manera que días atrás criticó las comparaciones con Serbia realizadas por Felipe González, dijo, ayer quiso señalar que en Italia los líderes políticos no se tratan de manera insultante como hace Pujol con el primer secretario del PSC, Narcís Serra.

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