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121 incendios siguen devastando los bosques de Rusia Oriental seis meses después de declararse

Los habitantes del extremo oriental ruso han tenido que sufrir los últimos meses calamidad tras calamidad. Por si fuera poco el impago crónico de los sueldos y pensiones, seguido de la devaluación del rublo y, prácticamente, de la congelación de los ahorros que la población tenía en los bancos, la gente de esas rudas tierras ha tenido que soportar también una inusitada ola de incendios. Las llamas, que se cobraron varias vidas, han obligado a evacuar a pueblos enteros en la zona, especialmente en la isla de Sajalín.

Los incendios comenzaron temprano en el extremo oriental este año, en mayo, cuando Serguéi Kiriyenko acababa de ser ratificado como primer ministro y nada anunciaba su caída y la crisis financiera que se desató en agosto. Los siniestros fueron aumentando en cantidad e intensidad debido a un verano sumamente seco y caluroso. El resultado es que han ardido más de un millón ochocientas mil hectáreas de bosques en la zona. Es decir, es como si toda la caliente provincia de Kosovo, en Yugoslavia, y la de Barcelona fueran presa de las llamas.

Tigres amenazados

Ciento veintiún incendios continúan su labor destructora, causando estragos en la naturaleza -además de arder valiosos bosques, están en peligro especies animales raras, especialmente los famosos tigres del Ussuri- y amenazando a la gente. Las provincias más afectadas son las de Jabárovsk, Primorie y Sajalín.En Jabárovsk, 54 incendios grandes están consumiendo en estos momentos casi medio millón de hectáreas, sin contar otros 40 calificados de pequeños. Lo que sufre es la taiga, selva de coníferas que cubre gran parte de Siberia y del Extremo Oriente rusos, extendiéndose entre la tundra nórdica y la estepa sureña. En ocasiones, el humo ha sido tal que los aeropuertos han tenido que cerrar debido a la falta de visibilidad, y las autoridades se han visto obligadas a declarar el estado de emergencia.

La otra gran provincia afectada es la isla de Sajalín, famosa en tiempos zaristas por servir de inmenso campo de trabajos forzados y lugar de destierro, así como por la descripción que hizo de ella el gran escritor Antón Chéjov, cuando todavía ejercía como médico. En esa isla, los incendios están localizados en cinco distritos, principalmente en la llanura del norte.

Las llamas obligaron a evacuar a la población de varias localidades de la isla: Gorki, donde 680 personas perdieron sus viviendas y hubo como mínimo tres muertos; Irkir, Chirundví, Ado-Tímovo. Este último pueblo es famoso por tener una empresa donde se crían alevines de salmones, y la gente tuvo que luchar duro para cortar el paso a las llamas.

La isla posee ricos yacimientos petrolíferos, y en ciertos lugares, como en las cercanías del pueblo de Kolendí, el fuego estuvo a punto de poner a arder el oro negro, pero lograron parar su avance en el último momento.

Aunque más de 1.000 bomberos están luchando contra los siniestros en la isla, su labor se ve dificultada tanto por la falta de medios -en total nueve helicópteros y aviones- y por el humo, que a veces forma una cortina tan alta que impide volar a los aparatos.

Fue el humo precisamente el que causó la caída de un helicóptero MI-2 el domingo pasado. Anteayer encontraron los restos del aparato, y más tarde a sus dos tripulantes, que afortunadamente salvaron sus vidas. La ONU y la Cruz Roja Internacional, preocupadas por la situación creada, han enviado especialistas a la isla.

Además de los medios que destina el Gobierno para luchar contra los incendios, las autoridades locales han recibido ayuda de las empresas petrolíferas que tienen intereses en Sajalín. Así, las estadounidenses Mobil y Escon han destinado 25.000 dólares (3.500.000 de pesetas) cada una; la rusa Energia 50.000 (siete millones), y la japonesa Sodeco 10.000 (1.400.000). Una de las grandes preocupaciones que han causado los incendios a los defensores de la naturaleza es que cerca de cien tigres del Ussuri de los 300 o 400 ejemplares que quedan y que habitan el vedado de Sijote-Alinsk, provincia de Primorie, se han visto amenazados de muerte. Si los incendios provocan una migración incontrolada de los tigres, éstos o morirán de hambre lejos de su medio acostumbrado, o atacarán al ganado y a la gente, lo que obligará a matarlos.

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