La sub21 resuelve el expediente
Si de lo que se trataba era de ganar, se ganó. La sub 21 resolvió el expediente sin excesos en su juego. Mejor dicho, con excesos de planteamiento: excesiva contención, excesiva preocupación por la presión, exceso de espesura en la elaboración de cada jugada. Delante estaba Israel que, en estos menesteres, poco tiene todavía que decir. Su inocencia fue patente desde el minuto 1. Y evidente en el minuto 11, cuando un ortodoxo saque de córner significó un limpio cabezazo de José Mari. Era el 0-1, la constatación de que el resultado no tenía que ser cuestión a debate.La ventaja española no modificó el estado de las cosas. Los sub 21 siguieron firmes en su esquema, por no decir inútilmente rígidos, y el partido se convirtió en un insufrible espectáculo. Israel mantenía la iniciativa, sin posibilidad de llegar a alguna parte. Y España mantenía sus precauciones, sin explorar otras alternativas, siquiera sin tratar de hacer equipo y disfrutar de estas oportunidades, que para eso son jóvenes. En esas circunstancias, no había otra solución que el atasco. Algún córner más, donde José Mari evidenció su superioridad para el remate de cabeza y punto. Nadie se movió de su sitio.
La segunda parte no apuntó gran mejoría, salvo que Gerard se colocó en una posición donde podía hacer circular mejor la pelota, más en el papel de medio centro. Hubo una tibia mejoría, algún apunte de juego de ataque, pero también la relajación propia de un partido que parecía estar demasiado controlado, aunque fuera por exceso de control. Pero del exceso de control se pasó al exceso de relajación, de ahí al descontrol y, como suele ser costumbre, al riesgo, porque Israel disfrutó de un par de oportunidades mediada la segunda parte.Todo acabó, sin embargo, inopinadamente, cuando en el minuto 84 Iván Ania envió un pase al área con efecto tal que terminó despistando al portero y dejando boquiabierta a la concurrencia. El pase se convirtió en su trayecto en un gol en toda regla. Era el segundo, que no el definitivo. Cinco minutos después, José Mari hizo el tercero en un follón en el área: José Mari por buscarle un autor, porque no quedó del todo claro si fue obra del defensa o acción del delantero que pasaba por allí. Hubo más, porque al final se precipitaron los acontecimientos. Ya en el descuento, Albelda hizo el cuarto, en un remate dentro del área. Un gol en 83 minutos y 3 en apenas 8. Justo punto y final a un partido sin sentido.
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