Pieza a pieza, gramo a gramo

El titanio de la bicicleta es el más resistente, aguanta 240 kilos por milímetro, y ofrece mejores prestaciones que el aluminio o el acero. El aluminio pesa un 10% menos que el titanio, pero al ser menos consistente que éste, requiere el doble de grosor. Respecto al acero, el titanio pesa la mitad y el peor titanio aguanta lo mismo que el mejor acero. Estas averiguaciones le han llevado a Dionisio Coronado a reemplazar muchas piezas de la bici por el TI-61-4V/SCS-6, la fórmula del titanio. Con este metal están fabricadas las bicicletas de Jalabert y Olano, aunque éstos llevan muchos componentes de serie (el sistema de cambios, por ejemplo) que incrementan el peso final de la máquina, que rondará los 6,5 kilos. Son unos privilegiados, porque la de un gregario pesa un kilo más. Coronado ha apurado tanto para rebajar el peso que la corona de los piñones es un dechado de paciencia. Los piñones están perforados con unas brocas especiales hasta restarle 35 gramos a todo el engranaje. Así, con todo: los ejes son de titanio, lo mismo que los tornillos, las bielas, el corazón de los pedales... Ha retocado los frenos para aligerar su peso, ha mejorado la alineación de las palancas del cambio y sustituyó la cinta del manillar por una seda de raso muy absorbente. La horquilla es de carbono, que pesa un 50% menos que el titanio, pero está probando sustituirlo por uno de titanio, que es mucho más resistente y no vibra tanto. El manillar, de fabricación italiana, pesa 225 gramos, aunque están preparándole uno de carbono de 155 gramos. Lleva llantas de carbono para cubierta importadas de Alemania que pesan 100 gramos más que unas llantas para tubular. La cadena es de eslabones huecos de acero, 60 gramos más ligera que la estándar. El donostiarra quiere ahora tomar contacto con el berilio, una variedad del aluminio. Este metal, más liviano y resistente que el titanio, tiene el inconveniente de ser muy caro y tener unos compuestos tóxicos. En Estados Unidos han fabricado una bicicleta con berilio a modo de exhibición, pero "no es una opción razonable", advierte el profesor Javier Gil Sevillano, especialista en ingeniería de materiales.