Comienza la evacuación de los occidentales
Buen número de extranjeros, familiares de diplomáticos y trabajadores de organizaciones no gubernamentales abandonan Yugoslavia en espera de que se solucione la crisis. La posibilidad de los bombardeos de la OTAN preocupa menos que las eventuales acciones de represalia con las que algunos políticos ultranacionalistas serbios amenazan a los ciudadanos de los países atacantes.La Embajada española en Belgrado ha advertido a los residentes en Yugoslavia que se mantengan preparados para una posible evacuación y recomienda marcharse a los transeúntes sin un motivo serio para permanecer en el país. Los familiares de los diplomáticos españoles ya han salido, a excepción de la esposa del embajador. En el consulado español de Belgrado figuran registrados 103 españoles, que componen 39 unidades familiares. Hasta el mediodía del viernes, 25 habían abandonado ya Yugoslavia. También había nueve españoles registrados como transeúntes, de los que seis regresaron a España.
Las cifras muestran que la colonia española en Yugoslavia es mínima. "Se trata en general de personas muy integradas, que tal vez están casadas con locales, y que no quieren abandonar el país. La Embajada permanecerá abierta y en cualquier momento organizará la salida si alguno de ellos decide salir", aseguran fuentes de la Oficina de Información Diplomática (OID) en Madrid. La mayoría de los españoles viven en Belgrado y en ciudades próximas a la capital.
Familiares de diplomáticos españoles han abandonado ya Yugoslavia, sin el aparato de los norteamericanos, que partieron en un convoy de automóviles en dirección a Hungría, ante las cámaras de la CNN. Un diplomático europeo comentó: "Nosotros preferimos la eficacia a la propaganda".
El Ministerio de Exteriores alemán recomendó ayer a sus compatriotas que abandonaran con urgencia Yugoslavia, "en vista de la situación actual en Kosovo". Las organizaciones humanitarias reducen al mínimo sus efectivos. No se advierte hostilidad hacia los extranjeros en la calle. José María, un español que vive desde hace varios meses con su mujer y dos hijos en Belgrado, insiste: "Escribe que los serbios no son malos. Se parecen mucho a nosotros, y son muy hospitalarios. No hemos tenido el menor signo de enemistad y no tenemos ningún temor de que se venguen con nosotros en caso de ataque".
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