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ELECCIONES EN EL PAÍS VASCO

Una encuesta del Gobierno vasco en vísperas de la campaña deja a EH como segunda fuerza tras el PNV

Javier Casqueiro

El telón de las sextas elecciones autonómicas vascas se izó anoche oficialmente. A la espera de conocer el desenlace de la función el próximo 25 de octubre, los vascos tendrán por primera vez la posibilidad de expresarse en las urnas sin la amenaza terrorista. El alto el fuego de ETA va a marcar unos comicios en los que el índice de participación de los 1.821.456 electores, 72.206 más que en la anterior cita electoral, va a ser decisivo. Mientras la batalla se traslada hoy a los mítines, ayer los partidos enseñaron sus últimas cartas de precampaña en forma de encuesta. La más sorprendente: la difundida ayer por el Gobierno vasco, que coloca a Euskal Herritarrok como segunda fuerza política vasca tras el PNV.

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Según el sondeo del Ejecutivo autónomo, el primero que recoge el efecto electoral de la tregua anunciada por ETA, la plataforma en la que se integra Herri Batasuna obtendría un total de 13 escaños en el Parlamento vasco, dos más de los que ahora posee la coalición abertzale.La misma encuesta otorga 22 diputados, los mismos que ya tiene, al Partido Nacionalista Vasco, que resultaría el vencedor de las elecciones aunque sin romper su estancamiento de voto.

El principal afectado por la nueva situación política, siempre según este sondeo, sería el PSE. Los socialistas pasarían a ser el tercer partido de Euskadi, aunque mantendrían su representación parlamentaria con 12 diputados. Los mismos que el Partido Popular, que aumentaría sólo uno de los tres escaños que le auguraban otras encuestas. La revuelta del panorama político es frágil, ya que depende de porcentajes mínimos. El PSE aventajaría al PP en apenas 6.000 votos.

El sondeo, que baraja una alta participación y una abstención en torno al 33%, prevé además un descenso de Eusko Alkartasuna, que perdería uno de sus dos escaños en Vizcaya y se quedaría con siete parlamentarios en la nueva Cámara. IU tendría la misma representación con seis asientos. UA pasaría de cinco a tres parlamentarios.

En total, los partidos nacionalistas -PNV, EA y EH- sumarían 42 escaños, uno más de los que tienen ahora, mientras que la suma de parlamentarios de las formaciones no nacionalistas - PSE, PP, IU y UA- arrojaría un total de 33 escaños.

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Encuestas de PP y PSE

El PNV, sin embargo, resulta más beneficiado en sendas encuestas realizadas por el PP y el PSOE. Según los datos de estos dos sondeos coincidentes, que parecen casi cruzados, el PNV ganaría con 24 o 25 escaños, y el PP y el PSE se repartirían el segundo y tercer puesto con 14 representantes cada uno. EH se quedaría como está ahora HB, con 11, y los partidos perdedores serían EA, que bajaría dos, IU que descendería tres y UA, que se quedaría con dos actas de las cinco que ha tenido.La campaña electoral amanece así lluviosa y enconada entre dos frentes teóricos pero muy reales que no se quieren asumir en público: por un lado los partidos nacionalistas y por otro los estatales. IU y Unidad Alavesa parecen navegar aparte.

Ambos bandos políticos se muestran muy divididos pero con expectativas de voto similares a las actuales. A los partidos nacionalistas les beneficia la sensación de que la paz es posible; a los estatales una participación masiva. Con una abstención superior al 30% la victoria de las fuerzas nacionalistas es casi segura. En la cita precedente de 1994 la abstención se elevó por encima del 40%. El Gobierno vasco gastará 60 millones de pesetas en dos campañas para incentivar aún más a unos ciudadanos ya muy motivados. Se distribuirán 24 millones de papeletas y de sobres en distintos buzoneos. Todos los partidos declaran que emplearán menos dinero para su autopromoción que los 174 millones permitidos por la ley.

Los partidos estatales acentuarían sus opciones de triunfo si acude a las urnas más del 70% de los electores y si movilizan a sus simpatizantes como si se tratase de unas elecciones generales. Por esta razón, el despliegue de sus líderes, tanto del PP como del PSOE, será el propio de un desembarco definitivo. El presidente del Gobierno y del PP, José María Aznar, intervendrá mañana en un acto en la feria de muestras de Bilbao y su equipo intenta ajustar su agenda internacional para cerrar otras dos apariciones estelares. La escolta de ministros al candidato a lehendakari Carlos Iturgaiz será constante.

Despliegue socialista

Por parte del PSOE, el primero en aterrizar será, esta tarde en Ermua, el ex presidente Felipe González, al que le gustan este tipo de campañas para lanzar los avisos y ataques más sorprendentes. Luego acudirán a su estela y a la del candidato Nicolás Redondo Terreros varios ex ministros y el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, y el candidato José Borrell.Nadie se preocupa demasiado en esta campaña por debatir las promesas más concretas de infraestructuras, sanidad o educación contenidas en los programas electorales. Sólo se habla de cómo administrar la tregua para llegar a la paz.

En su afán de cimentar la paz las fuerzas nacionalistas están dispuestas a pagar casi cualquier precio. El PNV ha endurecido al límite sus siempre complejos mensajes hacia Madrid y ha buscado aliados insospechados en todas las formaciones nacionalistas y hasta regionalistas de España. Herri Batasuna, ahora integrada en EH, ha preferido internacionalizar sus apoyos al máximo, invitando al líder independentista irlandés Gerry Adams para que les abra la incierta puerta hacia el presidente de EE UU,Bill Clinton.

En la otra frontera, PP y PSE-PSOE pugnan por reivindicar más que nunca su su respeto inquebrantable a la Constitución.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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