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Angustias eróticas y macabras

Ferran Bono

Envueltos en una nebulosa de pesadilla, seres demoníacos que sodomizan a jovencitas, calaveras en actitud desafiante, rostros de mirada perdida, expresiones atormentadas, gestos angustiados o macabros actos sexuales predominan en la exposición Visionarios, inaugurada el miércoles en el Museo de Bellas Artes de Valencia. No es una casualidad que el comisario de la muestra José, Miguel G. Cortés, mencionara a Edgar Allan Poe en la presentación; Ni que el escritor americano encabece el catálogo con la cita siguiente: "Nuestro linaje ha sido llamado raza de visionarios, y en muchos detalles sorprendentes, en el carácter de la mansión familiar, en los frescos del salón principal, en las colgaduras de los dormitorios, en los relieves de algunos pilares de la sala de armas, pero especialmente en la galería de cuadros antiguos, en el estilo de la biblioteca y, por último, en la peculiarísima naturaleza de los libros, hay elementos más que suficientes para justificar esta creencia". Los más de 130 grabados, dibujos y aguafuertes de la exposición justifican, por su parte, el título de Visionarios y su subtítulo De los perseguidos de amor, de locura y de muerte. De hecho, es la ligazón que se ha utilizado para unir en una misma sala las obras de cuatro artistas de la segunda mitad del siglo XIX: los belgas James Ensor y Félicien Rops, el alemán Max Klinger y el francés Odilon Redon. La visión angustiada de la vida, en una época de cambio, de cuestionamiento de los valores socioculturales y de descubrimientos tan impactantes como los rayos X, surge del extrañamiento de la realidad, como sucede en numerosas ocasiones. Lo que deriva en la sublimación de las obsesiones, temores y frustraciones que forman un conglomerado "agazapado en nuestra imaginación, que puede llegar a representar, de un modo fragmentario, una existencia alternativa", comenta José Miguel G. Cortés, quien ya mostró su interés por estos temas en el ensayo que lleva el significativo título de Orden y caos. No en vano, la muestra Visionarios recoge alguna de las ideas plasmadas en este libro por el principal responsable de exposiciones de la Dirección General de Promoción Cultural, Museos y Bellas Artes, que dirige Consuelo Ciscar. Cortés también fue el comisario de la pasada exposición del IVAM Sueños de un vidente, dedicada al artista nacido en Bohemia en 1877 Alfred Kubin, cuyos dibujos son imágenes horrorizadas de la vida de un hombre de su época. "La creación artística queda así entendida como la proyección fantasmagórica del mundo interior que dota a todos sus objetos de un cierto naturalismo psíquico, siendo, por tanto, las tentaciones inconscientes y los conflictos internos los que hacen posible el hecho creativo", añade el comisario sobre la muestra que concluye el 20 de noviembre. Las pinturas y dibujos de Ensor constituyen una geografía del sueño en la que recrea lo fantástico, lo incongruente y lo irracional. Su obra remite a los libros de Poe sobre todo en las escenas de violencia. Según dictamen de Sigmund Freud, Klinger, por su parte, reflexionó en sus obras sobre la significación del subconsciente en la construcción del conocimiento humano. Afirmaba que el dibujo era la mejor técnica para trazar las atmósferas misteriosas y dramáticas pertenecientes al dominio de la fantasía y del sueño. Redon se sumergió en la frontera de lo real y lo imaginario para realizar una obra con criaturas híbridas, mitad humanas, mitad animales, al tiempo que representó en sus dibujos y grabados una biología imposible, una evolución catastrófica de lo botánico. Por último, Rops, ateo fascinado por los ritos religiosos, desarrolla algunas de las escenas más obscenas e irreverentes de su tiempo. La mujer, trazada en un contexto urbano, es su principal modelo y queda retratada como soldado del mal, un ser enviado por el diablo, del cual es cómplice e instrumento.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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