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Sus Venerables Señorías

Tereixa Constenla

Si Carmen Pérez Marín sentía nervios, casi nadie lo detectó mientras ocupó el asiento reservado al presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves. Pero tampoco cuando se dirigió al pleno, desde la tribuna, dio muestras de timidez. Carmen Pérez Marín, granadina, vicepresidenta de Nueva Alternativa, citó a Jorge Manrique y a García Lorca sin que sonara a falsete y habló con lirismo de sí misma y de todos aquellos que rebasan los sesenta y tantos por goleada: "Somos como montes erosionados y de relieve suave". La Cámara andaluza, por unas horas, dio la voz a los mayores, a quienes la ONU dedicará 1999. Sólo fue un episodio fugaz y engañoso, pero ayer regresaron al epicentro de poder que han ocupado en un sinfín de culturas, como un consejo de sabios, y del que han sido desplazados por un feroz culto a la juventud. Sus Señorías hablaron con mesura y firmeza del olvido. De las pensiones raquíticas que condenan a un buen porcentaje de los 800.000 andaluces de más edad a engordar los periódicos informes sobre la pobreza. De la escasez de residencias -se necesitarían 2.000 plazas más en Andalucía para equilibrar oferta y demanda- y, sobre todo, de la marginación. Están hartos de percibirse, en los mensajes sociales, "como una carga para el Estado". El reproche, formulado por Antonio Sáiz y López, el presidente de la Federación de Organizaciones Andaluzas de Mayores (FOAM), no fue agrio, pero a Sus Señorías cotidianas pareció golpearles. El andalucista Ildefonso Del"Olmo replicó: "Ningún bien nacido puede decir eso". Los cuatro oradores de excepción no dejaron de referirse a las pensiones, según su estilo. Lírico, el de Carmen Pérez; reivindicativo, el del sindicalista Juan Pedrosa; combativo, el de José González Gastañaga, un madrileño desterrado por las veleidades franquistas a vivir a más de 550 kilómetros de su ciudad natal. El castigo podía haber sido peor para el comandante del Ejército -republicano-, que abrazó Huelva como una nueva patria. También los políticos de todos los grupos, a excepción de Antonio Sanz Cabello (PP), mencionaron, con matices, la necesidad de garantizar y equilibrar los ingresos contributivos de los pensionistas. Pero abundaron los discursos floridos, de loas al respeto, a la sabiduría, a los derechos del colectivo, que se recogerán en breve en la ley de atención a los mayores, que comenzará a debatirse en la Cámara andaluza en una quincena. El reconocimiento parlamentario fue materializado ayer, a través de una declaración conjunta de los cuatro partidos, que leyó el presidente del Parlamento, Javier Torres Vela, depués de los frescos históricos dibujados en el hemiciclo. "Nosotros tenemos que sacar juventud de nuestro pasado, y no hemos tenido un pasado feliz, que espero que no se repita: la guerra y los 40 años que le colgaron a la guerra", advirtió Carmen Pérez. La memoria de José González, vicepresidente del Consejo Andaluz de Mayores, apeló al ciclo vital: "Hoy, abandonando los guetos donde han encerrado a sus mayores, estamos aquí para recordarles que también hemos sido niños, jóvenes y ahora viejos. El tiempo pasa muy deprisa". El presidente de la FOAM, antiguo profesor de Matemáticas, afincado en Almería, resumió: "Se ha pasado de lo rural a lo urbano, de la cocina de carbón al microondas y a la familia que ya no sirve". Y los mayores quieren envejecer en un entorno cariñoso, sin sentirse un estorbo y sin pedir perdón por seguir vivos.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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