España se entrena a 15 grados para jugar a cerca de 30

La elección del balneario pontevedrés de La Toja como lugar de concentración del equipo nacional para preparar su partido del próximo miércoles en Israel ha levantado más de una duda. Las condiciones climatológicas de esta zona aportan diferencias notables respecto a las que se puede encontrar la selección en tierras israelies. Mientras el clima del Atlántico impera en La Toja, con su propensión a las lluvias y elevados porcentajes en la humedad relativa del aire, Israel está bajo la influencia del Mediterráneo, con un régimen algo más seco y mucho más caluroso. José Antonio Camacho, el seleccionador español, ha echado mano de la tranquilidad y de las instalaciones del hotel para justificar su decisión, y también ha asegurado que La Toja goza de un microclima especial, que no tiene nada que ver con el del resto de Galicia. Pero de hecho los jugadores se preparan a 15 grados de temperatura y el miércoles jugarán a 32.La selección española se encontró a su llegada a la Toja con un 70% de humedad relativa del aire. La lluvia cesó horas antes del entrenamiento, pero en Villalonga (localidad cercana a La Toja), el césped del terreno de juego parecía regado previamente, como indicaba la humedad que desprendía la hierba a pisarla. Mientras los jugadores se preparaban, dirigentes de la Federación estudiaron la posibilidad de alternar hoy el campo de entrenamiento con otro próximo, el de Portonovo, para mantener el de Villalonga en condiciones adecuadas ante las próximas jornadas de trabajo, que serán dobles. Los partes meteorológicos anuncian para hoy y los próximos días "posibilidad de chubascos y precipitaciones débiles". Sorprende, además, que siendo dos los equipos españoles que jugarán en Israel -el de los sub-21 el martes, y la selección absoluta el miércoles-, preparen sus partidos en lugares tan diferentes: Valencia y Galicia.

La selección sub-21 está concentrada también desde el martes, pero en Valencia, a una hora de avión más cerca de Israel. Sin embargo, el segundo equipo se tendrá que desplazar el domingo hasta el aeropuerto de Santiago de Compostela para unirse a la selección absoluta y desde allí tomar el camino hacia atrás para dirigirse a Israel.

José Félix Álvarez, director del balneario de La Toja, propiedad de una entidad con raíces gallegas como es el Banco Pastor, se ha puesto del lado del seleccionador y ayer ratificó el microclima de la zona expuesto por Camacho. "No tiene nada que ver la Galicia Norte con la Sur", inisitió.

Esta instalación hotelera precisamente marcó la frontera entre ambas zonas en La Toja. "Esta diferencia es una reivindicación que se ha planteado a los meteorólogos", añadió para reforzar su criterio.

"Aquí no llegan a 100 los días de lluvia al año", con lo que José Félix Álvarez quiso desmitificar la condición pluviosa con la que se identifica a Galicia. La Federación ocupa 28 habitaciones de este hotel de cinco estrellas, cuyo precio para un cliente cualquiera es de 20.000 pesetas por cada una de ellas. La selección realizó ayer su primera jornada de trabajo. Más de 1.000 aficionados, una tercera parte de la población de Villalonga, localidad en la que el seleccionador José Antonio Camacho dirigió los entrenamientos, llenaron el aforo del modesto campo de su equipo de Tercera División.

Hierro y Engonga, los jugadores que arrastran ligeros problemas físicos, iniciaron el entrenamiento a un ritmo más bajo que el resto de compañeros, pero acabaron bajo la misma intensidad. El técnico español aprovechó el primer día de su estancia en tierras gallegas para poner en práctica el sistema de juego que quiere imprimir a la selección. Ejercitó sobre todo la presión en una doble faceta: para defender el balón cuando se está en su posesión y para recuperarlo cuando se ha perdido.

La primera lección del seleccionador consistió en practicar la presión sobre el contrario. Para ello dividió a los jugadores en dos grupos de nueve. La misión de uno fue mantener el balón, y la del otro, recuperarlo.