Canal + recupera los 25 años de "El espíritu de la colmena" en la memoria de los espectadores

El 8 de octubre de 1973, tras ser premiada con la Concha de Oro en San Sebastián, llegaba a las salas españolas una película que iba a dejar una huella indeleble en la memoria de los espectadores y los profesionales del cine. El espíritu de la colmena, dirigida por Víctor Erice, surgió en un momento clave de la historia española, en la salida del túnel cultural de la dictadura y el camino hacia la democracia. Canal+ recuerda el impacto de El espíritu de la colmena con la emisión de una copia nueva, un documental que pasea por los escenarios donde se rodó y la versión íntegra de Frankenstein, el film que impresiona a las niñas protagonistas.

Canal+ rinde un homenaje al primer cuarto de siglo de El espíritu de la colmena con un programa especialSe llama Huellas de un espíritu, y acompañará esta noche a la emisión de dos clásicos indelebles, El espíritu de la colmena de Víctor Erice (a las 22.00) y el Frankenstein de James Whale (a las 0.21), film que está en el fondo de la inspiración que Erice y su coguionista, Ángel Fernández Santos, pusieron en marcha hace 25 años para tejer una de las páginas mayores de nuestro cine.Huellas de un espíritu (23.36), documental realizado por Carlos Rodríguez sobre un espléndido guión del crítico e historiador cinematográfico Carlos F. Heredero, bucea, a partir de una triple vertiente, la dimensión crítica, la estricta información sobre el contexto en que el film se rodó y la memoria de los participantes -incluidos los habitantes del pueblo segoviano de Hoyuelos, en el que se rodó la película-, de dónde surgió el deseo de rodarla así, las dificultades prácticas de su realización, al tiempo que dimensiona con toda brillantez el lugar de honor que el film ocupa en la historia del cine español. Aunque hay algunas intervenciones exteriores al propio proceso creador del film, entre ellas las de los historiadores José Enrique Monterde y Santos Zunzunegui (que apunta la relación de la fotografía de El espíritu de la colmena con la pintura de Vermeer y Zurbarán) o el director Manuel Gutiérrez Aragón, el documental recurre, sobre todo, a una figura vectora, la actriz Ana Torrent, entonces una niña, hoy treintañera, cuyos paseos por las calles del pueblo (que no tiene cine) y las habitaciones de la finca de los marqueses de Lozoya, donde se rodó la película en 1973, actúan como hilo conductor de la narración. El director, Víctor Erice; un Ángel Fernández Santos que se demuestra tan buen comunicador oral como lo es a través de la escritura; la actriz Teresa Gimpera, y el productor Elías Querejeta, son otras tantas voces que desgranan sus recuerdos ante una cámara que indaga, pero que también juega, a partir de recursos de montaje, a crear espacios de sorprendente, irreal proximidad: Ana Torrent adulta se funde con planos de la Ana niña. Diversos momentos de otras películas coexisten en el mismo encuadre con retazos del presente. Sensación de un tiempo que es el mismo, aunque sea tan diferente.

Frankenstein inédito

El otro gran acontecimiento que reserva esta noche Canal+ a sus espectadores, además de la oportuna revisión del film de Víctor Erice (del que se emite una copia nueva), es el pase de una copia inédita en España del Frankenstein dirigido por James Whale, todo un clásico del cine de terror estrenado en 1931.Nada más apropiado: como Erice recuerda en el documental, el film del director británico es la imagen fundacional de un cierto cine, y en el tejido textual de El espíritu de la colmena, Frankenstein y el descubrimiento del cinematógrafo, y del Otro, desempeñan un papel fundamental.

La emisión de esta noche de Frrankenstein será la de un montaje insólito, que incluye una secuencia clave de la que el propio Whale habló siempre, aunque hasta ahora fuese desconocida: la que muestra a Boris Karloff (en realidad, a un doble) arrojando al agua del lago a la niña que le acaba de regalar al monstruo una flor.

Esta secuencia fue finalmente desechada por los productores de Frankenstein en el montaje final de la película, lo que cambió notablemente desde entonces cualquier lectura de la misma, al convertir en elíptico -y por tanto en materia opinable- el incidente que provocará la persecución y posterior muerte de la triste criatura.