Adiós a la vergüenza
Inmediata comercialización de una píldora contra la timidez experimentada con éxito en el Reino Unido
¿Está por ventura cercano el día en que los ingleses dejen de pedir profusamente excusas al inicio de cualquier conversación y abandonen su refugio en las reglas de la cortesía y la privacidad para disimular una patológica timidez que aflige a millones de personas? Según un informe que acaba de publicarse en Londres, tal posibilidad va en serio gracias al inminente advenimiento de una píldora contra la timidez.La revelación, en la última edición del Sunday Times, continuaba ayer en el centro de un debate clínico-financiero en una sociedad asombrada por los beneficios del Viagra y, más recientemente, por otra aparente maravilla científica moderna: el Xenical, la píldora que promete vencer los problemas de obesidad.
Algunos especialistas británicos conservaban ayer una postura de prudente cautela ante este hallazgo. Uno de ellos comentó que la idea suena a una nueva versión del Prozac, la pastilla contra la depresión popularizada a comienzos de esta década que, si bien no ha hecho felices a todos sus consumidores del planeta, ha generado fortunas inimaginables a sus inventores.
Exhaustivos estudios sobre la patología de la timidez han puesto bajo la lupa a las personas cortas de ánimo, medrosas y temerosas de quedar paralizadas por el miedo en el contacto con un extraño. Este cuadro, sostienen los promotores de la nueva droga, plantea una "fobia social" que hoy por hoy es curable y podrá estar esta semana al alcance de los aproximadamente tres millones de tímidos superlativos y a otros diez millones de habitantes de Inglaterra que sufren de una incomodidad máxima cuando se ven súbitamente en contacto con gente.
Según el informe, científicos de las universidades de Bristol y Southampton acaban de comprobar que la píldora de marras, llamada Seroxat, produce maravillas gracias a agentes químicos que incrementan el nivel de seratonin en el cerebro humano. El seratonin induce la sensación de euforia y, al acentuar el sentimiento de bienestar, robustece notablemente la confianza en uno mismo. No se trata de una droga mágica que va a transformar a las personas apocadas y recluidas en locuaces y festivos interlocutores de salón. Pero va a ayudar a gente con serios casos de fobia, declaró el doctor Brian Gross, de la Asociación Médica Británica.
El efecto es prácticamente inmediato. En cuestión de semanas, una persona tímida puede comenzar a constatar y disfrutar de un cambio radical en su vida. Uno de los casos citados en el informe señala el progreso registrado en una mujer no identificada de 29 años que hasta hace poco prefería quedarse encerradada en su casa para no tener que verse con gente. Citando a su psiquiatra, el Times dijo que la joven está tratando de recuperar el tiempo perdido dedicando sus fines de semana a confraternizar en los pubs y los clubes nocturnos.
En principio diseñado para ayudar a curar la depresión, el Seroxat ha sorprendido a varios científicos por su velocidad de acción en la transformación del comportamiento del tímido crónico. Según el doctor David Weathley, un psiquiatra que ha actuado como consultor para SmithKline Beecham, la firma farmacéutica que comercializará el Seroxat, la mejoría de los pacientes se registró en una semana. Todo parece indicar que actúa en diferentes áreas receptoras de estímulos químicos en el cerebro de personas afectadas por el fenómeno de la fobia social.
El Seroxat ya ha obtenido la aprobación gubernamental para el tratamiento contra la timidez. Por ello podrá ser obtenida a través del Servicio Nacional de Salud y a precios bastante módicos, como los que ya han puesto el Viagra al alcance prácticamente de todo bolsillo.
La píldora contra la obesidad podría ser la próxima adición en los botiquines británicos. Si los ingleses, que por lo general son reacios a hablar de sus aflicciones, se lanzan -como puede ocurrir- en pos de los tres inventos más revolucionarios de la medicina moderna, esto bien podría cambiar el paisaje antropológico de un país cuya población masculina acaba de ser descrita por otro informe médico como la más deprimida de Europa.
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