El Celta encuentra los goles

El Celta encontró por fin en la Liga el equilibrio entre su fútbol, que venía siendo vistoso, y los goles, que se le negaban. Después del atracón europeo encontraron menos problemas los de Vigo en la definición, y así cayó el Athletic en Vigo. Tocados en lo físico y en lo anímico, defraudaron los de Luis Fernández con un planteamiento arcaico y propiciaron la victoria del Celta, que hace la número 400 en Primera División. El estado de forma de Penev tuvo mucho que ver en ello. Ejerce el búlgaro de lo que toda la vida se denominó hombre-gol. Justo lo que necesitaban los de Vigo, que despacharon sin complicaciones al Athletic (a pesar de que el resultado haga pensar lo contrario) y se mantienen invictos después de cinco jornadas.Vive el Celta días de felicidad tras un inicio de temporada titubeante. Como se temía Luis Fernández gira el fútbol del equipo alrededor de Mostovoi, pero peca quien crea que se desenchufa al Celta neutralizando al ruso. Anda el grupo de Víctor Fernández sobrado de recursos, y ni siquiera parece acusar la baja forma de dos jugadores que la temporada pasada fueron definitivos, como Mazinho y Karpin. Del Olympique de Marsella ha llegado este verano Makelele, un centrocampista que pierde la lengua en el campo. Ya no es el Celta aquel equipo anclado al orden táctico de Ito y Mazinho del último curso, sino un grupo más anárquico pero también más imprevisible, que encaja goles con relativa facilidad pero nunca renuncia a su estilo.

Pecados cometió unos cuantos Luis Fernández, pero el principal fue organizar a sus jugadores alrededor de Mostovoi. Pegado al internacional ruso estuvo siempre Guréndez, y en su órbita los dos centrales, Alkiza y Nagore. O sea, que renunció el equipo de San Mamés a su fútbol y explotó el Celta el caos por intercambio de posiciones de sus hombres de medio campo. Se discutirá en Bilbao si el estado de forma de Julen Guerrero justifica su presencia en el equipo titular o si merece Urzaiz, recientemente convocado para la selección por Camacho, ocupar un puesto en el banquillo. Muchas dudas para un equipo mermado que ofreció una imagen gris en la primera mitad y sólo anduvo cerca del empate durante el descuento.

Replantear el juego

Cuando el Athletic replanteó su juego tenía ya dos goles en contra. Guréndez dejó su marcaje prehistórico y se ofreció para dar salida al balón. Algo que no terminó de conseguir el equipo bilbaíno hasta bien entrada la segunda mitad. Fue cuando comenzó a explotar lo mejor de sí mismo, sus dos extremos abiertos de corte clásico, y en especial a Etxeberria, que mantuvo un duelo intenso con Josema, que acabó en tablas. Pese al correoso trabajo del lateral céltico por su costado vino el gol que metió a los visitantes en el partido, con un centro de Etxeberria que permitió a Julen Guerrero redimirse en un día aciago.El 2-1 sembró dudas sobre el juego de los de Vigo, que bajaron la intensidad de su fútbol tras el descanso. Fue entonces cuando el carácter de Penev sacó el partido del atolladero. Como en el segundo gol del Celta, el ex jugador del Compostela tiró de casta y llevó la presión hasta la línea de fondo, para terminar provocando el error de Alkorta primero y a continuación un penalti inocente, que transformó el propio jugador búlgaro. Todo fue más fácil para el Celta a partir de entonces, pero los de Víctor Fernández no dejaron de asumir unos riesgos que le reportaron un susto final.

De nuevo volvía a salir a escena esa capacidad que tiene el Celta esta temporada de tener a su afición en un vilo. En esta ocasión fue por el costado izquierdo y con un salto estratosférico de Ismael Urzaiz. Su gol sólo sirvió para retrasar la derrota definitiva del Athletic ante un Celta que parece haber encontrado el camino.

El Celta vive una semana reconciliado con el gol: 10 tantos en apenas unos días con el búlgaro Lubo Penev en racha de acierto.