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Jueces progresistas pretenden mejorar la imagen de la Justicia

Los magistrados están para resolver problemas, no para crearlos, afirman

El 13º congreso de Jueces para la Democracia (JpD), que se clausuró ayer en Toledo, asumió varias crisis -el bilingüismo judicial, las críticas socialistas a la sentencia del caso Marey y la tregua de ETA- mediante la elección de un secretariado más moderado que el anterior y sin representantes vascos. Javier Martínez Lázaro, uno de los líderes de la nueva dirección, aseguró que los jueces están para solucionar los problemas de los ciudadanos, no para crearlos.

Junto a Martínez Lázaro integran el nuevo secretariado de esta asociación de jueces progresistas Ricardo Bodas y Edmundo Rodríguez (ambos procedentes del anterior), se incorporan cuatro mujeres (Celima Gallego, Inmaculada Montalbán, Esther Erice y Montserrat Comas) y lo completan José María Fernández Feijó e Ignacio Espinosa, designado portavoz profesional.Martínez Lázaro señaló como objetivo de JpD "conseguir que la sociedad española modifique su opinión sobre los jueces y que éstos comprendan que están para solucionarle problemas a los ciudadanos, no para creárselos". Entre los documentos aprobados por el congreso figura uno encabezado por Perfecto Andrés y otros cinco magistrados, que reprocha a Felipe González (sin mencionarlo) y a otros dirigentes socialistas su reacción airada contra la sentencia del Tribunal Supremo que condenó a José Barrionuevo y Rafael Vera por el caso Marey. El escrito, aprobado por 95 votos a favor, ninguno en contra y siete abstenciones, entre ellas la del presidente de la Audiencia Nacional, Clemente Auger, resalta que "el verdadero problema no radica en el tratamiento penal de algunas conductas" de políticos, sino "en el hecho de que esa clase de respuesta haya sido legalmente necesaria". No votaron José Antonio Martín Pallín y Cándido Conde-Pumpido Tourón, dos de los magistrados que firmaron la sentencia del caso Marey.

Más críticas suscitó un documento de apoyo a la tregua de ETA, que también obtuvo respaldode la mayoría. Auger lo rechazó y estimó "producto de la irrealidad" agradecer la tregua de ETA "a todas las mujeres, hombres y grupos que la han hecho posible".

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