Comité y empresa discrepan en Ford sobre la capacidad de desviar la producción a Alemania
El comité de empresa y la dirección de Ford España protagonizaron ayer un cruce de comunicados en los que se ofrecían versiones diferentes sobre la capacidad de la planta alemana de Saarlouis de asumir la producción que se va a desviar desde Almussafes. Mientras que la compañía emitía una nota oficial en la que se reafirmaba en la decisión tomada de trasladar el aumento de producción a esta planta y se aseguraba que está en disposición de aumentar su actual producción, los sindicatos esgrimieron un escrito, remitido por el sindicato mayoritario en Ford Alemania, en el que se asegura que Saarlouis está al límite de su producción. En este comunicado también se manifiesta la voluntad de los trabajadores alemanes de no actuar de "revientahuelgas", en referencia al conflicto que mantienen los trabajadores de Almussafes con la dirección por la firma del convenio colectivo. El comité de empresa de Ford España se reunió ayer con carácter extraordinario. Se decidió mantener las movilizaciones, aunque a partir del día 12, en lugar de dos paros por turno de 15 minutos, se realizará un único paro por turno de media hora. Respecto a las dudas sobre si la decisión de trasladar la producción de 310 unidades a Alemania es firme, un portavoz de Ford Europa, citado por Efe, aseguró que esta decisión sí que se había tomado, contradiciendo a las manifestaciones de un portavoz de Ford Alemania que anteayer dijo que esta medida no era segura y que con ella se pretendía presionar a los sindicatos. Con todo, el portavoz europeo no quiso asegurar que la decisión sea irreversible, y que todo dependería de que los trabajadores aceptaran en un breve plazo de tiempo flexibilizar la jornada como pide la empresa. Por su parte, el secretario general de CC OO-PV, Joan Sifre, planteó ayer en Alicante dos presunciones sobre la crisis de Ford. "Estas dilataciones de la dirección de Ford ocultan un claro interés para que el Consell medie", dijo, en referencia a una posible ampliación de capital e inversión económica. La segunda sospecha de Sifre se basa en que los problemas planteados por la empresa "demuestran problemas técnicos" para fabricar nuevos modelos. Sifre recordó que la Generalitat, en 1996, invirtió 696 millones de pesetas en Almusafes y el año pasado 1.444 millones para el diseño de un nuevo motor.
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