Adiós a Florence Griffith

Los restos mortales de la plusmarquista mundial Florence Griffith recibieron ayer sepultura en medio de un dolor contenido, indignación manifiesta y admiración de más de 1.500 personas que asistieron al acto, y entre las que se encontraban altas personalidades del atletismo de EEUU.La bandera olímpica de Estados Unidos, cientos de flores y varias ilustraciones enmarcadas acompañaron al féretro de Florence Griffith Joyner durante las dos horas que duró el acto en el Saddleback Community Church de Lake Forest. Ni la paz del lugar, ni la belleza de las flores y símbolos que rodeaban el féretro pudieron ocultar la indignación que los familiares y amigos de la atleta más rápida del mundo tenían contra los que aún en la hora de la muerte, hasta ahora por causas desconocidas, volvieron a cuestionar su integridad profesional.

El fallecimiento de Griffith, de 38 años, ocurrido el pasado lunes mientras dormía en su residencia de Mission Viejo (California), sacó a la luz de nuevo las acusaciones y sospechas de que sus marcas y triunfos olímpícos -tres medallas de oro en Seúl 88- se debieron al consumo de productos prohibidos.