El Zaragoza recupera la fe
Los de Rojo exhibieron su fortaleza en el centro del campo y su seguridad defensiva
El Zaragoza comienza a creer en sus posibilidades. La fe de Rojo ha calado en un equipo que con sólo dos novedades, Paco y Milosevic, se ha transformado respecto a la campaña pasada. Es ahora un equipo sólido en defensa, que sigue disfrutando cuando tiene el balón en medio campo, pero sobre todo es un equipo letal arriba. Por si fuera poco, incluso se ha sacudido el miedo a jugar en La Romareda, donde ya gana. El encuentro ante el Racing, un equipo repleto de carencias, fue la confirmación de la solvencia de este Zaragoza.La paciencia fue el principal argumento de los aragoneses, ante un Racing que no exhibió otra virtud que su capacidad defensiva. Fue necesario que Rojo rotara su medio campo para que el encuentro se rompiera. Bastó con que Marcos Vales cayera hacia la banda para que Ceballos sintiera la capacidad de Jamelli y Milosevic. El gallego en un lado y Kily en el otro prolongaban sus galopadas en busca de los dos arietes. El Racing se limitaba a esperar; amontonaba hasta ocho hombres frente a su área y hacía de las faltas tácticas en tierra de nadie su mejor estrategia para evitar el juego de ataque zaragocista.
ZARAGOZA 3
RACING 1Zaragoza: Juanmi; Sundgren (Pablo, min. 75), Aguado, Paco, Solana; Aragón, Acuña, Kily González, Marcos Vales; Jamelli (Gustavo López, min. 75) y Milosevic (José Ignacio, min. 88). Racing: Ceballos; Tais, Merino, Chema, Neru, Sietes (Arzeno, min. 47); Víctor, Ismael (Geli, min. 74), Billabona; Bestchastnykh y Munitis (Preciado, min. 59). Goles: 1-0. M. 31. Jamelli de córner. 2-0. M. 45. Aragón, de falta directa. 2-1. M. 62. Tais remata un balón cruzado desde la frontal del área. 3-1. M. 89. Arceno en propia puerta. Árbitro: García Aranda. Amonestó a Aragón, Txema y Sundgren. 15.000 espectadores en el estadio de La Romareda.
Pero no contaba con la cantidad de recursos de su oponente. En un córner ensayado, Marcos Vales le puso el balón en el pie a Jamelli, que con un tiro cruzado abrió el marcador y el partido. El Racing estaba claro que desde ese momento sería un cuadro vulnerable. Debía renunciar a su sistema, basado exclusivamente en la destrucción, y la solución llegó antes del descanso, con un lanzamiento directo de Aragón.
La ventaja fue, sin embargo, contraproducente. El Zaragoza se vio demasiado superior e intentó la filigrana. Lejos de buscar la sentencia, que parecía próxima, los aragoneses permitieron que el Racing se rehiciera. No creaba peligro, pero se acercaba al área zaragocista.
La calidad del Zaragoza, la fortaleza de su medio campo y su seguridad defensiva, fueron suficientes para mantener el control y afianzar el triunfo en una afortunada jugada de Gustavo López que decantaba el triunfo del lado del único equipo que puso criterio y fútbol.
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