El rector reprocha a Camps la discriminación de la Jaume I en favor de otras universidades
Pocas cosas quedaron en el tintero. El rector de la Universidad Jaume I (UJI) de Castellón, Fernando Romero, aprovechó ayer el acto inaugural del curso académico para exponer, eso sí, diplomáticamente, los problemas derivados del modelo de financiación universitario y mostrar su desacuerdo tanto con la política del Gobierno de Zaplana como con la que desarrolla el Ministerio de Educación. Romero reprochó al consejero de Educación, Francisco Camps, la discriminación de la Jaume I en favor de otras universidades y apeló a un consenso "basado en la planificación a medio plazo".
Inmerso en un discurso erudito, que inició con una cita de Charles F. Kettering, el rector tuvo duras palabras para el consejero de Educación, presente en la ceremonia. Romero le transmitió la "preocupación" del equipo rectoral de la Jaume I por la "dependencia desfavorable" que su institución padece, en función de "las programaciones del resto de universidades valencianas". Romero apuntó la gravedad de este hecho, máxime cuando hay un modelo de financiación que, "además de insuficiente, está muy vinculado a esta programación y nos traslada la misma incertidumbre al ámbito financiero". Para corregir estos desequilibrios, el rector instó a la Administración a que garantice la estabilidad del sistema valenciano, con "más planificación" y "mejor información". Respecto al Ministerio de Educación, en sintonía con la posición de la Conferencia de Rectores, criticó "la falta de definición en política universitaria del ministerio". El reproche a la política de la ministra Esperanza Aguirre fue más allá, al aludir a la "lentitud y poca transparencia" con la que se está tramitando la modificación de la LRU y apeló a "la necesidad de prevenir una financiación adecuada". Romero calificó a las universidades como las peor financiadas de la UE y mencionó la urgencia por "establecer un marco estatal de mínimos". En esa dirección, pidió sacar adelante "el pacto de modernización universitaria que la ministra ofreció a las fuerzas políticas en Córdoba". Con todo, Romero dejó una puerta abierta al consenso y se dirigió al responsable autonómico con la convicción de que existen "posibilidades de futuro". Camps pronunció su discurso antes que Romero. Quizá por ello, sólo realizó un repaso atemporal de la importancia de la educación en una sociedad democrática, el espejo de la sociedad en la universidad y el goce de una "estabilidad política y económica". La única referencia puntual fue para el Libro Blanco del sistema universitario valenciano, del que dijo que "pese a las lógicas discrepancias, nos va a permitir saber dónde estamos y hacia dónde debemos orientar nuestras siguientes decisiones". Romero -que estuvo acompañado por los rectores Pedro Ruiz, de la Universidad de Valencia, y Jesús Rodríguez Marín, de la de Elche- no se olvidó de recordar al fallecido profesor Arcadi Garcia. "Es para esta comunidad universitaria una guía en el cambio de siglo, donde las rápidas transformaciones pueden borrar ciertas referencias necesarias para construir el futuro".
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