Sacchi admite que a la plantilla del Atlético le falta calidad

El Atlético se sabe en crisis. Está jugando mal y ni su entrenador, Arrigo Sacchi, ni los jugadores hacen esfuerzos por desmentirlo. Lo que intentan es corregirlo. El problema es que la solución no es fácil, sobre todo cuando la mayoría de las opiniones señala a la calidad individual de los jugadores como el origen de las deficiencias que muestra el equipo. La preocupación en el seno del club es evidente.Arrigo Sacchi se situó ayer en primera línea a la hora de asumir responsabilidades -"cuando no se juega bien el primero que tiene la culpa es el entrenador; no me voy a esconder"-, pero de su discurso se desprende una profunda insatisfacción con respecto al plantel que maneja. No en cuanto a predisposición y esfuerzo, en lo que no tiene queja alguna, sino en cuanto a sus posibilidades reales: "Ya no sé si depende de hacer bien las cosas o de la calidad individual de la plantilla. Lo ideal sería tener 11 jugadores de calidad elevada, pero aquí la poseen buena, no extraordinaria".

"Técnicamente", añadió, "la circulación de balón no es buena [el capitán, Toni, también señaló éste como uno de los errores del equipo]. Se juega demasiadas veces con el corazón, y el juego empieza por la cabeza. Luego, tenemos algunos jugadores buenos, pero verdes. Hablamos de un equipo que el año pasado fue séptimo con un jugador que marcó 27 goles, no lo olviden".

En su análisis del encuentro ante el Espanyol, Sacchi también denunció pérdidas de concentración del equipo: "Se cometieron desatenciones muy graves. Sobre todo a balón parado".

Sacchi insiste en pedir paciencia, convencido de que el trabajo puede corregir los males del Atlético. ¿Hasta cuándo? "No puedo dar una respuesta", dice, "nadie lo puede saber. Lo que sí sé es que si faltan jugadores importantes la cosa se complica [en Montjuïc no jugaron Jugovic, Juninho y Roberto] porque baja la calidad, y si baja la calidad, baja la idea. No todos son iguales. Por eso tampoco se puede juzgar ahora al equipo". Sacchi se rebela contra la crítica excesiva: "No jugamos bien, de acuerdo, pero casi nunca lo hemos hecho peor que el rival".