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Medio millar de ciudadanos rusos solicitan el permiso de residencia en Alicante

La población de ciudadanos de Europa del Este que escoge la costa de Alicante para fijar su residencia aumenta cada año. En estos momentos, la Oficina de Extranjeros, dependiente del Ministerio del Interior, tramita 485 expedientes de residencia solicitada por rusos, a los que hay que sumar un número no precisado de solicitudes tramitadas por polacos, ucranianos, georgianos, rumanos, checos, yugoslavos y búlgaros.

Los expedientes afectan a diversos conceptos administrativos, desde aquellos que solicitan permiso para estudiar en alguna de las dos universidades hasta los que intentan su inclusión en el contingente de trabajadores extranjeros. La mayoría, sin embargo, cumplimenta los documentos necesarios para conseguir la residencia definitiva, sobre todo en localidades de la comarca de la Vega Baja, según informa la Subdelegación del Gobierno en Alicante. Aunque en números absolutos la colonia de europeos del Este residentes todavía no tiene un peso específico comparada con la de británicos, alemanes, holandeses o noruegos, que prefieren las comarcas del norte de la provincia, las autoridades destacan que, proporcionalmente, es la que más rápido crece. Desde 1992, año que registró las primeras inmigraciones de estos países del antiguo bloque comunista, más de un millar de ciudadanos del Este se han asentado en la provincia, con predominio de polacos y rusos adinerados que han establecido negocios de todo tipo, preferentemente inmobiliarios y turísticos. Esa cifra es la que aporta la policía, pero oficialmente las residencias concedidas hasta 1996 sumaban 317. La estadística en poder de la Subdelegación del Gobierno se limita a esos cinco años, sin que se disponga de información de las llegadas producidas en los dos últimos ejercicios, en los que se sabe que las llegadas han sido mucho más numerosas. El listado que maneja Interior no es ajeno a la complejidad de los constantes cambios políticos en Europa del Este. El nacimiento de nuevos estados y el cambio de denominación de otros obliga a un cambio permanente de registros. Sólo Rumanía, Bulgaria y Polonia simplifican los trámites. El resto de residentes pasan de un registro a otro dependiendo del año. La mayoría fueron incluidos hasta 1995 en el epígrafe "ex URSS", y aún hoy se ha optado por adscribir a los inmigrantes de nacionalidad dudosa en la columna de "otros países". De los residentes totales calculados, un porcentaje amplio permanece en España de forma ilegal, sin la documentación en regla. Esta semana, el Gobierno central reconocía la existencia de una red que introducía ciudadanos rusos y georgianos valiéndose de cartas de invitación de empresas radicadas en Rojales que habían sido falsificadas. La investigación policíal descubrió que el centro de operaciones de la banda estaba en Riga (Lituania), y los autores de la estafa cobraban alrededor de 500 dólares (unas 75.000 pesetas) por una carta falsa de invitación de empresas españolas que supuestamente reclamaban los servicios de un inmigrante para trabajar en España. La operación policial llevó a la detención de georgianos y rusos cuya estancia se consideraba ilegal; posteriormente fueron devueltos a sus países en aplicación de la Ley de Extranjería. La policía mantiene abierto el caso para identificar a más ciudadanos del Este en estas condiciones, que una vez localizados serán también expulsados.

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