Tres minutos para saltar al cielo

Muchos habitantes de esta isla flotante que no figura en los mapas consultan a menudo sus relojes digitales para saber si es de día o de noche. Los marineros del portaaviones Príncipe de Asturias -que ha hecho escala este fin de semana en el puerto de Valencia y fue visitado ayer por centenares de personas- trabajan en turnos de seis horas y muchos se pasan días enteros en las entrañas del buque. Pero Miguel Ángel, un marinero marbellí de 18 años, no cambia la vida en el mar y su uniforme blanco por un despacho con moqueta. Con su acento andaluz presumía ayer ante los visitantes de que "en menos de tres minutos" logran que despegue un Harrier, [monoplaza de combate] situado en la popa. Las maniobras de aviones sobre la cubierta, a las que llaman "jugar al ajedrez", concluyen cuando sitúan los cazas en el sky jump (salto al cielo, en inglés), una rampa de 12 grados para que los motores de los Harrier adquieran la máxima potencia en el menor espacio posible. Sobre la cubierta se exhibía ayer un helicóptero del mismo modelo de los que combatieron en Vietnam, pero de fabricación reciente. El Príncipe de Asturias, que ha llegado desde el puerto de Rota escoltado por cuatro fragatas, aprovechó el viaje para realizar ejercicios de adiestramiento como identificar submarinos o defenderse de ataques aéreos ficticios. La única agresión real la sufrió en la maniobra menos bélica: otro buque lo embistió por accidente mientras le suministraba combustible en alta mar.