El PSOE instará al Gobierno a que atraiga a sus posiciones a los nacionalistas moderados
El PSOE insistirá en la necesidad de que el Gobierno atraiga al nacionalismo vasco moderado hacia sus propias posiciones, evitando que se consolide su alianza con HB ante una nueva etapa en la que quizá deba gestionarse un proceso de paz para el País Vasco. Las primeras conversaciones entre el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, y los líderes del PSOE han preocupado al primer partido de la oposición, al percibir que el Ejecutivo no tiene una respuesta preparada a la oferta de ETA. Los socialistas barajan la hipótesis de que el ministro del Interior carezca de alguna información que sí tienen el presidente del Gobierno, José María Aznar, y el vicepresidente Francisco Álvarez Cascos.
El comunicado de ETA ha generado preocupación en los dirigentes socialistas. Y no por el anuncio de tregua, sino por "el desconcierto" que observan en el Gobierno. Joaquín Almunia, secretario general del PSOE, José Borrell, candidato a la Presidencia del Gobierno, y Juan Alberto Belloch, portavoz en la Comisión de Justicia e Interior del Congreso, pasaron ayer hora y cuarto con el ministro Jaime Mayor Oreja "intercambiando" información.El tono de la reunión fue cordial pero los socialistas salieron más preocupados de lo que entraron, según transmitieron a personas de su entorno. La dirección del PSOE no percibió en el Gobierno, o al menos en el Ministerio del Interior, una actitud decidida a tomar las riendas de la situación. Los socialistas tampoco creen que Mayor Oreja cuente con la información que sería esperable sobre las verdaderas intenciones de ETA y les queda la duda de si la misma estará en poder del presidente José María Aznar o del vicepresidente Francisco Álvarez Cascos.
Desde hace un año, los socialistas insisten en que las relaciones del Gobierno con el PNV son diferentes según quién sea el interlocutor: Mayor Oreja o Álvarez Cascos. Con el ministro todo son invectivas y malos modos, mientras que el diálogo con el vicepresidente es fluido aunque, al parecer, muy discreto.
Sea cual sea la información que tenga el Gobierno, el PSOE instará al presidente Aznar para que de manera inmediata intente atraer a la posición común de los partidos democráticos al nacionalismo moderado (PNV, Eusko Alkartasuna y CiU) y a Izquierda Unida. El martes, los nacionalistas catalanes votaron en el Congreso una moción de EA que pedía el acercamiento de los presos de ETA a cárceles vascas.
El PSOE considera imprescindible que el Gobierno rompa la actual tendencia a separar a las fuerzas democráticas en dos bloques: de un lado, PP y PSOE; de otro, los partidos que el sábado firmaron el pacto de Estella (Navarra). "Volvemos a exigir del Gobierno que lidere una actitud unitaria de los demócratas que queremos defender la paz y el modelo de convivencia que todos establecimos en la Constitución y las leyes", dice el último párrafo del comunicado que ayer difundió la Ejecutiva Federal.
El texto destaca la imperiosa necesidad de que "la iniciativa por la paz la protagonicen los demócratas", tomando como bases la Constitución y el Estatuto. La respuesta desdeñosa que el pasado día 4 dio el Gobierno a la petición del PSOE para que Aznar liderase una "oferta de paz" fue ayer el único reproche. "Si Aznar nos hubiera hecho caso antes, ahora estaríamos en mejor posición para contestar a los nacionalistas y a la oferta de ETA, pero más vale tarde que nunca", se lamentaba José Borrell.
Los socialistas aseguran que, el pasado lunes, sus dirigentes indicaron al ministro que ETA estaba a punto de ofrecer una tregua de características diferentes a las anteriores, en que las expectativas acabaron en un gran fiasco. El ministro, según esta versión, se mantuvo incrédulo. "En la reunión de ayer Mayor Oreja, por primera vez, tomó en consideración la autenticidad de la oferta de ETA en un 20 o 25%; lo que es un avance en relación al lunes", agregaron dichas fuentes.
Claro está que si el ministro se mostró incrédulo, los socialistas también tardaron en hacer caso a Felipe González, que lleva anunciando la tregua desde febrero. El ex presidente del Gobierno ya incluyó entonces en sus informes a la dirección del partido la posibilidad de que antes de las elecciones vascas ETA decidiera un alto el fuego. Reiteró la advertencia en un artículo publicado en EL PAÍS el 18 de mayo y en la reunión del Comité Federal del 11 de julio. "Tenéis que preparar qué vais a decir cuando esto ocurra", advirtió a sus compañeros. Mayor Oreja le replicó que no tenía una "bola mágica" para adivinar la actuación de ETA. "Ésa no es hoy la realidad", apostilló el ministro.
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