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La "destrucción creativa"

Alan Greenspan no sólo echó ayer un jarro de agua fría a las expectativas de una baja inminente de los tipos de interés sino que identificó la posible marcha atrás en la libertad del movimiento de capitales como el principal peligro en la actual crisis financiera. En su comparecencia ante el Congreso, ni los tipos de interés ni la amenaza de recesión merecieron la más mínima atención. Lo esencial: sería un error grave que el "severo trauma" por el que atraviesa la economía mundial lleve a restringir el movimiento de capitales de corto y largo plazo. Sólo fuera de su discurso, el zar Alan negó que hubiese un esfuerzo "coordinado" de los países ricos para reducir los tipos de interés.

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No es que Greenspan minimizase lo que ocurre. Ayer empleó las palabras "severo trauma", pero también habló del actual "maelstrom", o torbellino para definir lo que pasa. El presidente de la Reserva Federal cree que esta crisis es lo que economista Joseph Schumpeter llamaba una "destrucción creativa". Ayer; Greenspan dijo: "Se puede esperar que pese » al severo trauma por el que están pasando los más nuevos participantes del sistema financiero internacional, o quizá a causa de él, han de producirse mejoras para beneficio, no sólo de los mercados emergentes sino también para todos los participantes"

Tipos de interés

Aquellos que creen que la baja de tipos en Estados Unidos es "coser y cantar" sólo se guían por la "necesidad" de aliviar la crisis financiera y aventar la recesión en Asia y América Latina. Pero la Reserva Federal no es el banco central mundial. Los principales indicadores norteamericanos señalan que la economía está fuerte. Una reducción ahora produciría un triple fenómeno: el fortalecimiento de la actividad interna, el debilitamiento del dólar y el sostenimiento y/o elevación de la Bolsa de Nueva York.

El resultado de estos tres procesos sería el despertar al fantasma dormido: la inflación. Precisamente, un dólar alto ha sido jugado con destreza por la Reserva Federal para entrampar la inflación. En este sentido, la apreciación del dólar permite enmascarar la inflación interna, que se ha parapetado detrás del precio de los activos.

Greenspan ha advertido a los países que instauran con troles de capital (incluso a la chilena, es decir restricción a los movimientos de corto plazo) que se la juegan. "Habrá una fuerte reducción de la in versión extranjera", asegura.

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