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El Gobierno vasco avala la declaración de Lizarra y reclama a ETA que deje de matar

El Gobierno vasco dedicó su reunión de ayer a analizar el acuerdo suscrito el sábado en la localidad navarra de Estella (Lizarra en euskera) por los partidos nacionalistas e IU. La portavoz, Mari Carmen Garmendia, hizo una declaración formal en la que el Ejecutivo autonómico afirma contemplar "atentamente, con interés y esperanza" el proceso y aprovechó para pedir al PP y al PSOE que no se autoexcluyan y a ETA que renuncie definitivamente a la violencia. El lehendakari Ardanza reclamó al presidente Aznar "respeto" para todas las iniciativas de paz y culpó al PP del fracaso de la Mesa de Ajuria Enea.

Mientras en la trastienda de la política vasca crecen las expectativas ante el anuncio de una tregua por parte de ETA, los miembros del Gobierno vasco -PNV y EA tras la salida de los socialistas en julio- expresaron ayer, durante la reunión del consejo semanal, su opinión sobre la Declaración de Lizarra. El resultado de la ronda de intervenciones fue leído luego por la portavoz ante la prensa.En lo que puede considerarse un aval al documento suscrito el sábado por partidos, sindicatos y organizaciones sociales nacionalistas e IU, el Gobierno vasco asegura observar con "atención y esperanza" las expectativas abiertas. Mari Carmen Garmendia realizó también una llamada a ETA para que "decida de una vez renunciar al uso de la violencia", aceptando así la voluntad de la mayoría. Se dirigió igualmente al PP y al PSOE para que terminen con su "autoexclusión" y se sumen "al trabajo del resto de los partidos". "La construcción de la paz necesita de todos", apostilló. Además, solicitó de socialistas y populares "respeto" a la iniciativa y que presenten alternativas si no van a sumarse.

Respeto también pidió el propio lehendakari, José Antonio Ardanza, dirigiéndose al presidente Aznar, que había calificado la iniciativa de Estella de "burla" y "cesión ante ETA". En una entrevista radiofónica, Ardanza le emplazó ayer a respetar "todos los intentos que se realicen en la búsqueda de la paz, gusten o no". A Aznar se dirigió también el portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, para pedirle "coraje". Anasagasti acusó al presidente, al ministro del Interior y al candidato del PSOE a la presidencia, José Borrell, de "no hacer aportación alguna" para que un proceso de paz sea posible en el País Vasco. "Nosotros no queremos ver más Zamarreños reventados en el suelo", dijo Anasagasti, en alusión al último edil del PP asesinado por ETA.

"Papel mojado"

En la misma línea que Aznar, el vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos hizo un llamamiento a "algunos partidos", en alusión a las formaciones democráticas que han suscrito el documento de Lizarra, para que las próximas elecciones vascas no pasen a la historia como los comicios en los que se "rompió o convirtió en papel mojado el pacto de Ajuria Enea.El lehendakari se mostró escéptico acerca de las posibilidades de incorporación del PP al acuerdo y reprochó al PSOE sus mensajes contradictorios. Ardanza llamó a las cúpulas de ambos partidos a escuchar lo que quieren sus bases y simpatizantes que, en su opinión y tal vez por el miedo y la presión a que están sometidas, albergan "gran ilusión sobre el logro de la paz".

El secretario general de los socialistas vascos, Nicolás Redondo, descalificó ayer mismo la declaración de Lizarra, por ser "la puntilla" del Pacto de Ajuria Enea y afirmó que, pese a que existen voces discordantes en su partido, éstas no son mayoritarias y la posición oficial es "clara y diáfana".

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Entre los disidentes está el secretario de Relaciones Políticas e Institucionales del PSE, Jesús Egiguren, quien se mostró "esperanzado" ante el documento. "Se están dando pasos que no sabemos hasta dónde pueden llegar", señaló, e hizo votos por la confluencia entre la Declaración de Estella y el pacto de Ajuria Enea. También el secretario general del PSE de Guipúzcoa, Manuel Huertas, valoró "lo que puede haber de novedoso en cuanto que algo se puede estar moviendo en el mundo de la violencia", aunque resaltó que el documento responde a una óptica parcial y nacionalista y que no garantiza el una tregua indefinida de ETA. El voto de confianza de los socialistas guipuzcoanos a la iniciativa del sábado es un jalón más en las discrepancias en el seno del PSE ante las propuestas de los nacionalistas en materia de pacificación.

Por su parte, el dirigente de HB Joseba Permach reconoció que sin el concurso de los dos grandes partidos, el PP y el PSOE, "es imposible conseguir la paz". Permach calificó de "acuerdo histórico" el suscrito el sábado, aseguró que el documento no persigue imponer nada a nadie y rechazó que se trate de un acuerdo entre nacionalistas. Por sus parte, el líder del partido foralista Unidad Alavesa, Pablo Mosquera, se dirigió ayer a las direcciones del PP vasco y del PSE para recabar su opinión y emplazó a los responsables del Foro Ermua para que convoquen a una reunión a los partidos opuestos a la Declaración de Lizarra, que, en su opinión, deben ofrecer una alternativa al "bombardeo de la Mesa de Ajuria Enea".

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