Ur Teatro presenta una comedia de Shakespeare sobre el amor y el intelecto

Los amantes del teatro de Shakespeare tienen una cita ineludible a partir de esta noche en la sala Villarroel, donde se presenta, hasta el día 4 de octubre, Trabajos de amor perdidos en el montaje que han hecho de la pieza esos auténticos especialistas en el gran William que son los vascos de Ur Teatro (ganadores del Premio Nacional del Ministerio de Cultura en 1993). Trabajos de amor perdidos es una comedia sobre el amor y el intelecto.

En la obra, una de las escasísimas en que Shakespeare no echó mano de una fuente primera, el rey de Navarra y un puñado de cortesanos hacen el solemne voto de consagrarse tres años al estudio y rechazar la compañía de las mujeres. El propósito se revela de difícil cumplimiento, más aún porque la princesa de Francia llega en compañía de sus damas en visita diplomática... "Shakespeare creó una fantasía histórica para reflexionar sobre una serie de temas que le interesaban: la imposibilidad de negar la naturaleza y el encuentro y desencuentro entre el mundo del afecto y el de la razón", explica Helena Pimienta, directora del espectáculo y responsable asimismo de la versión de la obra. Trabajos de amor perdidos es la comedia menos representada de Shakespeare, debido a su reputación de pieza de lenguaje enrevesado y su desconcertante mezcla de estilos. "Yo la llamo una comedia melancólica, pero no me invento nada porque así es como la califica el maestro Peter Brook", señala Pimienta. "Tiene momentos de mucho lirismo, trozos en que roza la tragedia, partes de reflexión filosófica y escenas de risa y hasta de carcajada. Desde el punto de vista de la estructura, es una obra muy curiosa: no tiene una trama potente, y sin embargo va llena de teatralidad. Y acompañada de un texto muy denso, una reflexión irónica sobre el lenguaje". Los estudiosos apuntan que en Trabajos de amor perdidos, Shakespeare quiso parodiar el sofisticado tono de un casi coetáneo suyo, el escritor John Lyly. Y poner en escena también a un grupo de aristócratas intelectuales de su época, como sir Walter Ralegh. Ur Teatro ha montado Trabajos de amor perdidos (espectáculo estrenado en San Sebastián el marzo pasado y que ha visitado ya Bilbao, Sevilla, Granada y Salamanca, entre otras ciudades), "con el deseo enorme de clarificar el texto y acercarlo a una sensibilidad contemporánea", dice Pimienta. De su versión explica que ha eliminado muy poco texto, "sólo lo indescifrable desde la perspectiva de un espectador de hoy. En ningún otro Shakespeare hemos sido tan fieles con el texto". El montaje está ambientado en los años veinte, con referencias a los inicios del cine. Lo interpretan 11 actores y dura una hora y tres cuartos (no hay intermedio). La coreografía es de Mal Pelo. Afirma la directora que tras este espectáculo, que cierra una especie de trilogía del grupo con el aplaudidísimo Sueño de una noche de verano (1992) y Romeo y Julieta (1995) van a distanciarse por un tiempo de Shakespeare al que considera "la gran Biblia del teatro, una acumulación increíble de emoción y belleza". Shakespeare, "cada día se me hace más grande y apasionante", concluye.