El Oviedo echa mano de la estrategia

El Oviedo se desembarazó del novato Alavés apelando a una especie de trámite. Fue echando mano de una de las llamadas jugadas de estrategia, un golpe franco en una esquina del área, como el equipo de Vázquez resolvió un partido plomizo como la lluviosa tarde en la que se abrió la Liga en el Tartiere. El Alavés apenas hizo otra cosa que buscar su propio acomodo en el campo y apenas se acordó de la portería rival. O si lo hizo, nunca encontró el modo de llegar hasta ella con cierto peligro.El equipo vitoriano tardó 30 minutos en realizar las tareas de aterrizaje. Para su suerte, el Oviedo llegó sólo una vez en todo ese tiempo a la portería de Kike, en un disparo de Paulo Bento que el portero se quitó de encima como pudo. Justo cuando los visitantes encontraron una vía para llegar al marco rival, y Pablo Gómez estrelló un balón de gol en un defensa enemigo, llegó el mazazo ovetense, el forma de visto y no visto. Dubosky botó un golpe franco, casi en el córner, apareció César por sorpresa y el balón terminó en la red. No es la primera vez que el Oviedo resuelve partidos de esa forma, y no parece que vaya hacerle ascos esta temporada a ese modo de resolver encuentros.

En el segundo tiempo, el Oviedo trazó unos minutos de contraataques bien hilvanados, de los que el Alavés salió apenas vivo. Dubosky e Iván Ania tuvieron dos balones francos, ambos en la misma jugada (m. 67) para apuntillar, pero también se encontraron con una pierna rival salvadora. En todo el segundo tiempo, el Alavés dio la impresión de que podía pasarse varios partidos seguidos sin hacer gol. Canabal, ayer delantero centro, dejó su sitio a Magno, justo cuando se suponía de la necesidad de un ariete para intentar remontar el marcador adverso. El ex madridista fue un alma en pena, rodeado de defensores rivales. El fútbol del Alavés puede calificarse de "sencillo", y con ello se le hace un favor.

El Oviedo resolvió el encuentro sin brillantez, pero apenas sin apuros. Al equipo de Vázquez se debieron algunos detalles, no muy significativos si no fuera porque casi todos los refuerzos contratados a última hora se quedaron sin jugar. El equipo, en nombres, fue muy parecido al del pasado año, aunque ya con el estilo impuesto por su nuevo entrenador. Del Alavés podría decirse que acusó la nueva categoría si no fuera porque buena parte de sus jugadores ya tienen sobrada experiencia en equipos de Primera División.