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Convergència y Unió se disputan la candidatura a la alcaldía de numerosas ciudades

VIENE DE LA PÁGINA 1 En Tarragona, el mapa comarcal se ha convertido en un campo de minas a medida que CiU iba echando tierra sobre los conflictos para que Jordi Pujol y Duran Lleida pudiesen pasar sobre ellos de puntillas, sin peligro de que causasen más víctimas que algún que otro concejal tránsfuga, como en Cunit, o un presidente de consejo comarcal forzado a pasar al grupo mixto, como en el Priorat. Sigue siendo una incógnita lo que sucederá en consistorios como Altafulla, donde Convergència gobierna con el PSC mientras que Unió permanece en la oposición, o en El Morell, donde ambas formaciones gobiernan juntas pero se presentaron en listas separadas. Por lo que respecta a la ciudad de Tarragona, el último rifirrafe ha sido motivado por una propuesta del alcalde convergente Joan Miquel Nadal, que a las continuas peticiones de Unió de contar con más carteras ha respondido ahora que los democristianos deberían abrir sus listas a todos los sectores sociales. Para Unió, esta intromisión de Nadal está de más porque, afirman, han sido "los primeros en defender la presentación de listas abiertas en las municipales", y algunos se preguntan hasta qué punto el alcalde sigue molesto porque no le respaldaron al ser imputado en un supuesto caso de tráfico de influencias que está pendiente de resolución en el Tribunal Supremo. En el Vallès Occidental, convergentes y democristianos pugnan por encabezar las listas municipales en las principales ciudades: Sabadell, Terrassa y Sant Cugat. En Sabadell, los ánimos empezaron a caldearse cuando el alcalde, Antoni Farrés, de IC, anunció que no se presentaría a la reelección. En agosto se sucedieron las descalificaciones y la crispación llegó hasta el punto de que el democristiano Jordi Casas, actual portavoz de CiU, afirmó hace unos días que después de tanta polémica estaba "más cerca de no ser candidato que de serlo". Con su probable renuncia, CDC tiene más posibilidades de encabezar la lista. Pacto interno En Sant Cugat sucedió lo mismo cuando Joan Aymerich, alcalde por CiU desde 1987, anunció su renuncia a la reelección. Unos y otros están convencidos de tener candidatos lo suficientemente válidos para sustituirlo. La decisión está en manos de las ejecutivas locales. La gran asignatura pendiente de CiU sigue siendo el Baix Llobregat. Y ahí la tensión se mantiene en niveles bajos porque aún no han abordado el asunto de las listas. Convergència proclama unilateralmente sus cabezas de lista y Unió hace lo propio. Es de esperar, no obstante, que cuando se produzca el encuentro de los dirigentes comarcales la temperatura aumente algunos grados. Existe un pacto interno por el que se puede exigir un cambio en aquellas localidades cuyo resultado electoral en 1995 fue insatisfactorio. Es el caso de Sant Just, donde CiU había depositado buena parte de sus esperanzas de obtener una alcaldía en el cinturón rojo y, con alcaldable de Unió, fueron frustradas. CDC ya se ha apresurado a reclamar el cumplimiento del pacto para que un convergente encabece la lista. La Val d"Aran mantiene su condición de punto negro de la coalición. Las diferencias entre Convergència Democràtica Aranesa (CDA) y Unió Democràtica Aranesa (UDA), vinculadas a CDC y UDC, tienen su origen en una antigua moción de censura en el Conselh Generau d"Aran. Con los años, las diferencias se han hecho poco menos que insalvables. En las municipales de 1995 se presentaron por separado y ahora ambos partidos se muestran partidarios de una coalición para frenar a Unitat d"Aran, pero parece probable que vuelvan a ir por separado. La ciudad de Lleida ofrece pocas dificultades. El candidato será el convergente Josep Giné, actual delegado de la Generalitat. Giné sustituirá a Josep Varela y tendrá la tarea nada fácil de enfrentarse al socialista Antoni Siurana, que ha sido alcalde desde 1979 con un paréntesis de dos años. Menos claras están algunas capitales de comarca. En Tàrrega (Urgell), Unió presiona para que el alcalde, el convergente Frederic Gené, no vuelva a encabezar la lista. Pero Convergència se resiste a perder esa alcaldía, y menos a cambio de nada. Y ahí entra en juego Les Borges Blanques. En la capital de Les Garrigues, gobernada por ERC, Unió encabezó la lista de las últimas municipales, pero Convergència quiere invertir los papeles. (Información realizada por Gerard Bagué (Girona), Alba Tosquella (Lleida), Epi Amiguet (Tarragona), Manel Torres (Sant Feliu), Josep Lluís Eras (Granollers) y Silvia Marimon (Sabadell).

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La proliferación de conflictos municipales agrava la crisis de CiU

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