Montaña rusa

Volatilidad y más volatilidad. Los inversores recogen las ganancias a las primeras de cambio porque no tienen ninguna confianza en que la curva ascendente se establezca más allá de dos sesiones. La jornada de la Bolsa de Madrid de ayer enlazaba con la mayor subida en puntos de la historia de Wall Street del pasado martes. Además el Gobierno ruso había aprobado un paquete de medidas urgentes contra la crisis. Ni por esas. El inversor recogió sus ganancias de los últimos días y el índice de la Bolsa de Madrid retrocedió 13,10 pun tos, el 1,70%. El Ibex, como suele ser habitual, acentuó la tendencia general y cedió el 2,35%. La Bolsa de Madrid, que se ha convertido en un apéndice funcional del mercado neoyorquino, marcó su tendencia definitiva con la apertura a la baja de Wall Street. Con este panorama, los inversores se refugiaron en el mercado de deuda. Huyen paulatinamente de los sinsabores continuos de la renta variable y ello colocó el bono a 10 años en el 4,52% lo que significa el mínimo histórico. A pesar de ello, la sesión bursátil alcanzó una contratación de 181.374 millones de pesetas, a lo que colaboró de forma clara los 34.387 millones de pesetas que se negociaron de Telefónica y cuyo valor cayó el 2,60%. Siguieron en la lista, el Banco Santander, con 24.347 millones de pesetas y un descenso en el valor del 6,30%; el BBV, con 23.326 millones y pérdidas del 4,64%. Argentaria cayó el 3,3% y el BCH el 2,35%.

Las restantes bolsas europeas también marcaron una dirección descendente tras haber conocido un respiro en la jornada anterior. La Bolsa de Milán sufrió un retroceso del 2,46%, seguida de Francfort que cayó el 1,23% y París con el 1,09%. Londres se ha convertido en el mercado europeo en el que los vaivenes toman menores proporciones. Ayer la rebaja fue la menor, con el 0,62%.

Los analistas volvían ayer a echar mano de su manual explicativo a posteriori y apelaban a la poca consistencia de los parches en las zonas de alto riesgo como son Rusia, Japón y Latinoamérica.