Moyà acaba agobiando a Corretja

El duelo español de octavos de final del Open de Estados Unidos fue un gran partido. Uno de aquellos que nadie mereció perder. Pero inevitablemente hubo un ganador y un perdedor. La victoria sonrió a Carles Moyà, que se clasificó para los cuartos de final, donde se enfrentará al sueco Magnus Larsson, contra quien nunca ha jugado. El derrotado fue Àlex Corretja, que perdió por 7-6 (7-4), 7-5, 6-3 en dos horas y 41 minutos. Para los dos mejores tenistas españoles del momento fue un partido duro. Pero Àlex sufrió la decepción de ver como se le esfumaban 15 posibilidades de romper el servicio de Moyà y de ser eliminado por segunda vez consecutiva por el mallorquín en un torneo del Grand Slam.Nada que ver con la final de Roland Garros, que ambos protagonizaron el pasado mes de junio. Allí Corretja jugó como un amigo ante Moyà. No tuvo entonces la mentalidad adecuada, ni se agarró a la pista como debía hacerlo para defender sus opciones al título parisino. En Nueva York, la lección estaba aprendida. Corretja se olvidó por unas horas de que Carles era su amigo. Entró en la pista a morder y evitó cruzar la mirada con su rival, para impedir cualquier ascendente del mallorquín que pudiera perturbar su concentración. Su única preocupación era jugar al tope de sus posibilidades y ganar el partido.

Sólo consiguió lo primero. La suerte no estuvo de su lado y es un elemento que hace falta cuando las fuerzas que compiten están tan igualadas. En las casi tres horas de partido, Alex perdió el servicio sólo dos veces, y no logró arrebatárselo ni una a Moyà a pesar de haber tenido 15 bolas de break, una más de las que dispuso su rival. Corretja tuvo, asimismo, dos bolas de set en la primera manga, cuando el mallorquín servía para el cinco iguales. Después, en la segunda manga, tuvo cinco bolas de break para colocarse con 6-5 y servicio. Y en lugar de eso, se encontró con 6-5 en contra y con 15-40 en el juego que decidió. Moyà siempre se mostró más seguro y pudo recurrir a su decisiva derecha o al servicio en los momentos clave del duelo. "Cuando pierdes tantas oportunidades no mereces ganar", confesó Corretja, tras el partido. "He hecho lo que he podido, pero ayer o no era mi día, o no tocaba, o no estaba preparado para ganar a Carles. Ahora mismo estoy muy agobiado, si no fuera por vosotros ya me habría ido". Con dos sets abajo, con una pista desangelada y fría en la que la mayor parte del público había desertado, con el canal de televisión USA Sports (el único que ofrecía imágenes en EEUU) desconectado y sabiendo que todo el mundo esperaba ya el final, resultaba difícil seguir luchando. Pero ambos lo hicieron. En el primer servicio de Moyà en la tercera manga, Àlex perdió dos nuevas ocasiones de romperle el saque. Entonces pudieron escucharse expresiones de pesar. "¡Qué mala leche. Es injusto!", dijo Corretja. Y ya con 4-1 abajo, repitió las mismas palabras incluso con más fuerza, lo que le valió una amonestación incomprensible del árbitro.

Contra eso Àlex opuso su mayor sentido estratégico, su mentalidad y la solidez de su juego. "Es cierto que tuve suerte en algunos momentos, pero también la busqué", señaló Moyá. "Cuando llegué al torneo no creí que ganara ningún partido", agregó Moyà. En el cuadro femenino, Martina Hingis superó por un doble 6-4 a la estadounidense Monica Seles, que la había vencido en sus dos últimos enfrentamientos. Hingis jugará contra la checa Jana Novotna en una de las semifinales. La campeona de Wimbledon dio una lección a la emergente suiza Patty Schnyder (6-2, 6-3).