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Reportaje:

Arriesgar por el sueño

La marroquí Fátima Sadiki da a luz a la niña que llevaba en sus entrañas cuando cruzó el Estrecho en patera

Sohora tiene el dudoso honor de ser la ocupante más joven de una patera. Ni siquiera había nacido cuando se enfrentó al Estrecho en una endeble embarcación. Sohora es la hija de Fátima Sadiki, la joven marroquí de 19 años que no dudó en arriesgar su pellejo -y el de su futuro bebé- para dar a luz en España, donde reside su marido, Abderramán Deluf, de 31 años.La odisea ha tenido, en parte, final feliz. Madre e hija, que ha cumplido ocho días, alcanzaron la orilla española sanas y salvas, aunque la patera en la que viajaba Fátima, embarazada de ocho meses, fue interceptada por una patrullera del Servicio Marítimo de la Guardia Civil a milla y media de la costa de La Línea de la Concepción (Cádiz), el pasado 30 de julio. Fátima compartió la travesía con otra mujer y 13 varones. "Me engañaron, me dijeron que viajaría con mujeres y que nos recogería en alta mar un pesquero que nos llevaría a tierra. Pagué 500.000 pesetas".

El revuelo creado por su llegada, sin embargo, podría desembocar en un final redondo. Sadiki no era una inmigrante ilegal cualquiera, gracias a su maternidad. Días después de su última detención, "las autoridades españolas" sorprendieron a Fátima con una grata noticia. Podría permanecer en España hasta el nacimiento del bebé. La maternidad de la magrebí había conmovido al subdelegado del Gobierno en Cádiz, Miguel Osuna, y al secretario general de Empleo, Manuel Pimentel, que intercedieron ante el Ministerio del Interior para lograr un trato excepcional.

Las organizaciones humanitarias no permanecieron ajenas al caso. Algeciras Acoge pelea para que la joven pueda continuar en España junto a su marido, Abderramán Deluf, un inmigrante con los papeles en regla desde 1990. Él ha vivido un calvario desde que fue expulsada en abril su mujer por carecer de documentación. Las penalidades fueron compensadas el martes 1 de septiembre, al filo del mediodía. En el hospital Punta Europa de Algeciras nació Sohora -Sara-, un bebé de cuatro kilos y medio. Tras el alumbramiento, los esfuerzos de la pareja se encaminan a evitar la repatriación de Fátima y la pequeña. "Quiero quedarme con mi marido y mi hija, por eso arriesgué mi vida en el Estrecho", asegura. La historia de amor entre Abderramán y Fátima, al igual que su primogénita, también nació en España. Hace más de un año, ambos se encontraron en Almería, donde Abderramán trabajaba como empleado de la construcción y Fátima sobrevivía a base de peonadas clandestinas en los invernaderos de la provincia. Entre el paraíso del plástico halló a Fátima. Sin embargo, ella fue identificada por la policía y repatriada a Casablanca (Marruecos), su lugar de origen. Desde entonces comenzó la lucha por el reencuentro, unido, además, al embarazo de la joven. Abderramán recuerda que los días "se hacían eternos". Para mitigar la añoranza decidió desplazarse a Casablanca, la ciudad donde se habían casado, "para visitar a mi mujer y su familia".

La pareja confió en que el matrimonio favoreciera sus planes, pero la legislación no se ablanda por temas de amores. Abderramán tuvo que regresar solo a España. Fátima no se arredró y contactó con una organización de transporte ilegal de africanos hasta las costas españolas. Un negocio boyante en los últimos tiempos.

La noche del pasado 29 de julio, Fátima, en avanzado estado de gestación, subió a una patera en Ceuta con la esperanza de sortear el Estrecho sin que un radar policial se enterase. No hubo suerte, pero su maternidad ha facilitado las cosas. Ahora, los tres viven en el barrio algecireño de El Rinconcillo, en una vivienda de 35 metros cuadrados, por la que pagan 40.000 pesetas de alquiler al mes, la mitad de lo que cobra Abderramán por el subsidio de desempleo. Pero lo que más les preocupa es su deseo de afincarse en España. A veces reciben algún rayo de luz: el subdelegado del Gobierno, Miguel Osuna, confirmó a los responsables de la organización Algeciras Acoge que se está tramitando la solicitud para que Fátima reciba una exención del visado. "No creo que exista ningún problema", dijo Osuna. De ser regularizada la situación materna, desaparecerían las trabas. La pequeña Sohora nació en España.

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